«Al final están enterrados en el lugar que quisieron sus asesinos»

D. Vázquez A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

Un momento de la prospección para dar con los dos cuerpos de los dos guerrilleros asesinados en Mesía.
Un momento de la prospección para dar con los dos cuerpos de los dos guerrilleros asesinados en Mesía. CESAR QUIAN

Comienzan los trabajos para intentar localizar en un cementerio de Mesía a los guerrilleros José Galán Núñez y Manuel Ramiro Souto

20 ago 2024 . Actualizado a las 21:15 h.

El sonido del pico y de las palas moviendo la tierra era lo único que se escuchaba este martes por la mañana en el atrio de la iglesia de Visantoña (Mesía), donde diez voluntarios de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), intentaban dar con los cuerpos de José Galán Núñez y Manuel Ramiro Souto, vecinos de Almeiras (Culleredo) e integrantes de la guerrilla antifranquista que, según la asociación, fueron asesinados por la Guardia Civil el 22 de junio de 1952, en una operación en la que Juan Couto, un compañero, sobrevivió.

Hileras de nichos rodean la iglesia, pero la búsqueda se concentró en la parte posterior del edificio religioso, en una zona de césped donde se cree que fueron sepultados tras varios días dejados al aire. «Es otra fosa más en Galicia. Galicia siempre tiene la particularidad de que está plagada de fosas de guerrilleros antifascistas, en primer lugar de 1936, del terror caliente, pero luego tenemos fosas como esta de 16 años después», precisó Marco Antonio González, vicepresidente de la ARMH, que participó en estos trabajos con los que se pretende localizar los cuerpos de dos guerrilleros antifranquistas de unos 30 años que murieron en una cuadra intentando huir.

«De uno de ellos, Manuel Ramiro, ya estuvimos en su búsqueda. Las autoridades de la época creían que había sido abatido por la Guardia Civil en la zona de O Val do Dubra, hicimos allí una exhumación de cuatro personas, pero no era así, estuvo tres años resistiendo y acabó aquí en junio de 1952 con José Galán», señala González, y explica que la particularidad de esta fosa de Vizoño es que «las de guerrilleros o de bandoleros, como decía el régimen franquista, están muy documentadas».

«Nos llevan a este lugar en concreto, a dos metros de la esquina derecha trasera de la iglesia y a un metro de lo que debía de ser el muro de cierre del cementerio», comenta sobre dónde comenzaron a excavar, un trabajo arduo y que no pararon pese a que la lluvia lo complicó. La familia de Galán también hizo una investigación previa con el cura de Mesía y con vecinos que le certificaban que están enterrados allí. «Lo que hacemos son los trabajos previos de esa búsqueda, que es un trabajo físico, donde encontramos zonas de relleno. En los cementerios de Galicia es un problema actuar porque ha habido muchísima actividad funeraria», explica. Considera de justicia entregar los cuerpos a las familias. «Estas personas no deben estar enterradas en un lugar olvidado, porque al final están enterrados donde quisieron sus asesinos», remarca el vicepresidente de una entidad que busca paliar la deuda histórica con familiares y víctimas del franquismo.

Documentación de restos

Siempre trabajan con precaución; desconocen la actividad funeraria que hubo en la zona. Su labor consiste en una búsqueda, limpieza y documentación de los restos que se encuentran, la exhumación individual y el traslado al laboratorio en Ponferrada de la Universidad de León, donde hacen una prueba genética. «No solicitamos ayudas ni creemos en ese sistema, creemos que en esto debería estar un equipo del Estado, quien tuviera competencia debería estar aquí y no un grupo de voluntarios a través de una asociación»», explican González, que cifra en unas 70 las intervenciones realizadas por la entidad en Galicia desde el 2003, que les han permitido recuperar cerca de un centenar de cuerpos. «Galicia sufrió una gran represión, pero en las ciudades han desaparecido las grandes fosas», dice tras explicar que hoy continuarán la búsqueda con medios mecánicos.

Teresa Ramiro
MARCOS MÍGUEZ

«Espero que apareza e poder escribir unha páxina máis desas que están en negro»

Fue un sobrino de José Galán Núñez quien se puso en contacto con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica el año pasado para intentar localizar su cuerpo. Recientemente también lograron contactar con familiares de Ramiro Souto. Teresa Ramiro, prima segunda de uno de los guerrilleiros, reconoce que solo sabe la historia que se contaba en su familia. «Para nós sempre estiveron vivos», dice. «El pertencía á Cuarta Agrupación do Exército Guerrilleiro, que tiña unha das bases na casa da miña bisavoa paterna e ata onde eu sei un tío político do meu pai era o membro máis activo», comenta. Debido a que los delataron, marcharon de allí. Relata cómo hubo ayuda de republicanos a miembros de su familia, lo que les permitió huir, pero no todos lograron escapar de los fusilamientos.

«Ramiro estaba agochado con Galán en Visantoña. Hai varias versións, coma en todo, pero a que nos transmitiron a nós é que foi o compañeiro que viviu quen os delatou, que xa non quería seguir niso, foi unha emboscada e matáronos alí», explica. «O meu primo era un rapaz de vinte e pico de anos, solteiro, albanel», relata, explicando que, pese a suceder en 1952, la represión estaba muy presente. «Eu que nacín no 58 aínda me lembro no 68 ou 70 en Vilaboa de ter que saír, se non tiñas unha bandeira, a poñer algo no balcón e ter que baixar a saudar a Carmencita e a Franco porque se non ías detido ou te multaban­», relata Ramiro. «El foi un fusilado do fascismo», resume.

«Eu non sei o que se vai atopar, pero dende que hai uns días me dixeron que se ía facer isto estou emocionada, por unha parte, e nerviosa, por outra», admite. «Apetéceme estar alí, pero non sei que reacción terei se aparece algo. Espero que apareza e poder escribir unha páxina máis desas que están en negro», termina.