Los partidos de la oposición abren el curso político: pragmatismo en un BNG con la resaca electoral superada y un PSdeG con un congreso en el horizonte cercano

Manuel Varela Fariña
Manuel Varela REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Ana Pontón y José Ramón Gómez Besteiro durante una manifestación en la que coincidieron el pasado febrero
Ana Pontón y José Ramón Gómez Besteiro durante una manifestación en la que coincidieron el pasado febrero PACO RODRÍGUEZ

Ambos partidos encaran procesos orgánicos a lo largo del año que viene

01 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Los dos partidos de la oposición abren el curso político elevando la presión sobre la Xunta, impulsando sendas peticiones de comisión de investigación con las que ilustrar las sombras de corrupción que denuncian en el Gobierno gallego. Ambos encaran procesos orgánicos a lo largo del próximo año, si bien no existen por ahora dudas sobre la continuidad de Pontón y Besteiro al frente de BNG y PSdeG, respectivamente.

Pontón asienta el pragmatismo en un BNG ya sin resaca electoral

Las sonrisas de los miembros de la ejecutiva nacional del BNG reunidos el pasado jueves en un hotel de Santiago nada tenían que ver con las forzadas —o ausentes— en el consello nacional de febrero. Ni el histórico resultado cosechado seis días antes, el domingo 18, compensaba el batacazo sufrido por Ana Pontón y los suyos. Medio año después, el ambiente por fin es otro. Atrás quedaron unas elecciones en las que San Caetano era el objetivo claro, con la portavoz nacional hablando en campaña desde un atril con la palabra presidenta. Una poderosa imagen que resultó insuficiente para alcanzar un puesto al que ningún predecesor suyo llegó siquiera a aspirar.

Los nacionalistas encaran un nuevo curso político lejos de ciclos electorales, tras el desgaste sufrido desde mayo del 2023 (municipales) hasta junio del 2024 (europeas) enlazando campañas. «Será un novo período de traballo no que o BNG vai seguir intensificando o seu contacto con diferentes axentes económicos, sociais e culturais do noso país», avanza la portavoz nacional. La línea pragmática que abanderan ella y su equipo desde los últimos ocho años se ha asentado en la organización. Las prioridades son el acceso a la vivienda, el refuerzo de la atención primaria, una factura eléctrica gallega y la gratuidad de los peajes —previa transferencia— de la AP-9.

Incluso ha absorbido ese discurso su partido matriz, la UPG, que en julio celebró su XVI Congreso para ratificar a Néstor Rego como secretario xeral y también reafirmar su «obxectivo final», imperturbable desde su creación hace sesenta años, de alcanzar la «independencia nacional» de la patria gallega y la «construción do socialismo». «O BNG é unha forza co obxectivo fundamental de defender os intereses deste país, e iso faise con propostas. Non só con consignas», argumentaba Rego en su entrevista en La Voz.

Los textos aprobados en el cónclave de la U comparten la apertura proclamada —y reiterada— por Pontón en la campaña de las autonómicas. Entonces se dirigió a todos aquellos con voluntad de cambio en la Xunta, fuesen o no nacionalistas. Hoy ese mensaje sigue instalado en una organización que deberá celebrar el año que viene una asamblea nacional en la que ratificar o no ese rumbo, aún sin fecha, y en la que parece clara la continuidad de la portavoz nacional. También deberá certificarse el regreso de los escindidos de Anova —de forma individual o como organización—, en una operación que se cocina a fuego lento desde hace años y que, por ahora, ha servido para que Xosé Manuel Beiras y Martiño Noriega hayan arropado en campaña a Pontón.

En el Parlamento, el Bloque enlazará la cuarta solicitud para crear una comisión de investigación, reforzando su papel fiscalizador a la Xunta al frente de la oposición. En el Congreso, la soledad de Rego como único diputado impide al BNG condicionar la acción del Gobierno a diferencia de los nacionalistas catalanes y vascos. El grueso de los puntos pactados en el acuerdo de investidura depende de que se dé luz verde a unos Presupuestos en los que Pontón advierte que serán «moi críticos». El curso también arrancará con Ana Miranda estrenando escaño en el Europarlamento, que deberá rotar a mitad de legislatura con ERC.

Un congreso por delante y llevar la política fuera del Parlamento

El PSdeG no ha terminado de sacudirse el halo de interinidad que le rodea desde hace meses, y el objetivo en la compostelana sede de O Pino pasa por sacárselo de encima en este nuevo curso, que abrirá con la celebración de un congreso en el horizonte. Será a continuación del federal, y servirá para afianzar la ejecutiva liderada por José Ramón Gómez Besteiro desde que fue ungido líder de los socialistas gallegos en la cita extraordinaria de abril. La transición en la cúpula del partido fluyó entonces tras unas primarias sin rivales que evitaron el exceso de ruido alrededor de un proceso orgánico que, en el PSdeG, era casi tradición. La ejecutiva se redujo en un 40 % y se renovó a más de la mitad de sus miembros, incluido el secretario de organización.

El sustituto ha sido un perfil discreto, Lucho Lago Lage, un fontanero de larguísima experiencia que elude los focos y cuya tarea, encomendada por Besteiro, es poner en orden las cuentas económicas de un partido cuya tesorería se ha visto seriamente mermada tras los pésimos resultados electorales de febrero. A su lado, la secretaria adjunta de organización Ana Pena, mano derecha en As Pontes de Valentín González Formoso, quien ya no figura en la ejecutiva.

Ella ha puesto rostro a la dirección, reforzando su papel en los últimos meses. Pena fue quien, en agosto, avanzó que el PSdeG pedirá en el Parlamento la creación de una comisión de investigación sobre los contratos adjudicados por la Xunta. Esta iniciativa lleva a los socialistas a mover ficha en la Cámara autonómica, donde el BNG había acaparado el debate al plantear tres comisiones distintas —más una cuarta que presentará próximamente—.

Los socialistas han recuperado, además, al exdiputado Julio Torrado como portavoz de la ejecutiva, un puesto de nueva creación que por ahora ha servido para ejercer como ariete contra el Gobierno gallego. El PSdeG incorpora así un perfil que complementa la mano tendida en la que ha tratado de insistir Besteiro desde su escaño, donde se estrena al frente de un grupo de nueve diputados donde solo repiten dos de la anterior legislatura.

El debate en el pazo do Hórreo se verá pronto monopolizado por el proyecto de Presupostos, pero también por la transferencia pendiente de la AP-9, que deja a los socialistas gallegos en una situación comprometida por el papel del Gobierno buscando mantener la concesión del vial en manos privadas para eludir una millonaria indemnización a Audasa, y por el nuevo modelo de financiación autonómica.

El PSdeG propondrá en este nuevo curso llevar la política fuera del Parlamento con la celebración de encuentros sectoriales por todo el territorio. Debates con expertos para «sacudir o panorama político», definen desde la ejecutiva.