Los controles se mantienen en la frontera entre Galicia y Portugal por la posible entrada de los cinco presos peligrosos fugados de Lisboa

Brais Suárez / J.R. OPORTO / VIGO

GALICIA

Imagen del exterior de la cárcel de Vale de Judeus, donde se produjo la fuga, y los cinco presos que se escaparon y que están en busca y captura: Fernando Ferreira, Fábio Loureiro, Shergili Farjiani, Mark Roscaleer y Rodolfo Lohrmann (de izquierda a derecha)
Imagen del exterior de la cárcel de Vale de Judeus, donde se produjo la fuga, y los cinco presos que se escaparon y que están en busca y captura: Fernando Ferreira, Fábio Loureiro, Shergili Farjiani, Mark Roscaleer y Rodolfo Lohrmann (de izquierda a derecha)

La ministra de Justicia de Portugal: «Hubo una cadena sucesiva de errores y fallos graves, groseros e inaceptables». Dos altos cargos del sistema penitenciario dimiten, mientras se sigue sin pistas del paradero de los fugitivos.

11 sep 2024 . Actualizado a las 12:22 h.

La fuga de cinco presos de una cárcel de máxima seguridad al norte de Lisboa sigue siendo una prioridad en la frontera con Galicia y el resto de España. La notificación de las autoridades lusas a las españolas por el posible desplazamiento de los cinco reos a España a través de Galicia, mantiene en alerta a los puestos fronterizos y patrullas de la Guardia Civil que recorren habitualmente la frontera con el país vecino y que tienen en su poder las identidades y fotos de los fugados para reconocerlos en caso de acceder a España por las provincias de Pontevedra y Ourense.

La vigilancia concreta por los cinco fugados está prevista que se mantenga mientras no sean detenidos. Permanecen en paradero desconocido y los cuerpos de seguridad, que trabajan de forma conjunta, creen que la operación de captura será compleja y rebajan las expectativas de una pronta solución. Los fugitivos son Fernando Ribeiro Ferreira, Rodolf José Lohrmann, Mark Cameron Roscaleer, Fábio Fernandes Santos Loureiro y Shergili Farjiani. 

La notificación a las autoridades españolas se tramitó a través de los centros de cooperación policial y aduanera hispano-portugueses, que en Galicia está en Tui y al otro lado del Miño, en Valença. También las recibieron en Elvas (Badajoz), Fuentes de Oñoro (Salamanca), Ayamonte (Huelva) y Alcañices (Zamora) ante la posibilidad de que los cinco presos optaran por el resto de provincias españolas que lindan con Portugal para abandonar territorio luso. 

Hasta este martes, cuatro días después de la fuga de la cárcel de Vale de Judeus, los portugueses habían tenido que conformarse con una dubitativa rueda de prensa del director de la Policía Judicial y del director general de la Dirección General de Reinserción y Servicio Penitenciarios. Pero esta tarde, la ministra de Justicia, Rita Alarcão Júdice, compareció para explicar una situación que está generando gran malestar en Portugal, que continúa sin pistas de los fugitivos.

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Júdice excusó el silencio del Gobierno con que «no quería contribuir al ruido» y debía aguardar un informe interno. Ese documento confirma lo que se sospechaba: hechos de «gravedad extrema», que muestran «fragilidad, irresponsabilidad y falta de mando», reconoció la ministra. «Decisiones erradas o ausencia de decisiones en los años más recientes». Y a pesar de haber todavía «zonas grises y preguntas», Júdice afirmó tener respuestas y decisiones. La primera es que «la fuga resultó de una cadena sucesiva de errores y fallos graves, groseros e inaceptables», lo que «no refleja la cultura de seguridad deseada». Además, como las fuerzas de seguridad habían adelantado el pasado domingo, se trató de «una fuga orquestada», y no del «resultado de un despiste ni un hecho oportunista». «Fue -explicó- un plan preparado con tiempo, con método y ayuda de terceros», incluyendo instrumentos, como escaleras, proporcionados desde fuera de la cárcel.

Júdice admitió que «recuperar la confianza en el sistema penitenciario» exigirá la «responsabilización a varios niveles y el refuerzo de la fiscalización del sistema». En esa línea, ha aceptado las dimisiones del director general de Servicios Penitenciarios y su segundo tras entregar el informe de lo ocurrido.

Vista aérea de la cárcel de Vale de Judeus. Los fugados escaparon por la parte superior derecha, próxima a los cuatro pabellones de tres pisos que habitan alrededor de 560 presos. Dos coches les esperaban en el exterior para seguir la huida por carretera
Vista aérea de la cárcel de Vale de Judeus. Los fugados escaparon por la parte superior derecha, próxima a los cuatro pabellones de tres pisos que habitan alrededor de 560 presos. Dos coches les esperaban en el exterior para seguir la huida por carretera GOOGLE MAPS

La Inspección-General de los Servicios de Justicia realizará una auditoría de las 49 prisiones del país, cuyo resultado debe conocerse este año. Más extensa será otra investigación del propio sistema penitenciario. «Nos ayudará en la toma de decisiones para maximizar recursos y tomar los cambios que sean necesarios», dijo Júdice, que aludió al descuido de la red de prisiones durante la época socialista. En respuesta, la diputada socialista Isabel Moreira defendió las inversiones hechas por el anterior Gobierno, pero coincidió en que se trata de un «episodio gravísimo», respaldó las decisiones tomadas hasta el momento y recordó que la tasa de fuga en Portugal es «muy baja» y las prisiones «son consideradas seguras». En los últimos 15 años, 160 reos han huido de las cárceles portuguesas.

Según el relato de las autoridades lusas, entre la aproximación de los cómplices externos y la detección de la fuga pasaron 65 minutos, pero los cuerpos policiales solo recibieran una alerta dos horas después. Además, según Público, a última hora de este martes la Justicia portuguesa aún no había emitido las órdenes de captura europeas e internacionales que permiten detener a los fugitivos en el extranjero; solo se habrían dado avisos de peligrosidad en los sistemas Schengen e Interpol, lo que impediría la captura de los fugados, incluso aunque sean detectados en un aeropuerto portugués.