La borrasca Aitor deja en Galicia acumulaciones de hasta 187 litros de lluvia por metro cuadrado y vientos de 160 km/h

GALICIA

El temporal produjo más de 300 incidencias en toda la comunidad

26 sep 2024 . Actualizado a las 12:52 h.

La borrasca Aitor, la primera de gran impacto de la temporada extraciclónica, se dejó sentir en Galicia en las últimas horas sobre todo en forma de precipitación. El municipio que en estos momentos ostenta el récord de lluvias es Fornelos de Montes, donde desde que llegó Aitor se recogieron más de 187 litros por metro cuadrado. Registros también muy importantes en Forcarei, con 153 litros, Cotobade con 140 o Lousame con 136. La borrasca venía cargada de mucha humedad y se dejó notar en otras muchas localidades gallegas como Lobios, Pedrafita, Mondariz, Pazos, Pontevedra o Marín donde se recogieron hasta 100 litros de lluvia por metro cuadrado. 

El frente también dejó fuertes vientos en varios puntos como Carballeda de Valdeorras, donde se registraron rachas de casi 163 kilómetros por hora, o Cedeira, donde se observaron ráfagas superiores a los 100 kilómetros por hora o Muras, municipio donde el viento llegó llegó a los 138,4 km/h en O Xistral. 

Los servicios de emergencias atendieron en las últimas horas 376 incidencias, la mayoría por árboles y ramas caídas sobre la calzada que afectaron a la conducción, además de alguna pequeña balsa de agua. También atendieron algunas inundaciones y realizaron labores para evitar riesgos retirando vegetación o elementos de edificios que pudieran caer. Según el 112 Galicia, Pontevedra fue la provincia más afectada, siguiendo de la de A Coruña.

Solo en Vigo, los bomberos atendieron 50 llamadas esta pasada noche. Entre los daños destaca la caída de cascotes de la fachada de la antigua nave de Frigoríficos Berbés, en Beiramar además del desplome de árboles, vallas, o tendidos eléctricos. En la ciudad se vio además una de las imágenes más representativa de la borrasca, con un gran árbol que cayó sobre las mesas de una terraza en el centro de Vigo, donde por suerte no había nadie en ese momento.

En Lugo, las fuertes rachas de viento y las copiosas precipitaciones parecen ser la causa de la caída de dos árboles de grandes dimensiones en las últimas horas, uno de ellos en la principal zona verde de la ciudad de Lugo, el Parque de Rosalía de Castro, aunque afortunadamente no hubo que lamentar daños personales, porque ya había sido precintado por el Ayuntamiento como medida de precaución.

Varios vuelos se vieron afectados por los fuertes vientos provocados por la borrasca. Un avión de Air Europa que iba a aterrizar a las 16.45 horas en el aeropuerto de Vigo volvió a Madrid tras acumular un retraso de 40 minutos, después de que el piloto considerase que las condiciones atmosféricas no eran las idóneas. También tuvo que aterrizar en la capital de España una aeronave de Ryanair que salía desde Valencia con destino a Santiago, que tenía prevista su llegada a las 16.00, debido a las fuertes rachas de viento y la lluvia intensa.

En Bueu la entrada de agua en una escuela infantil de la Xunta obligó a suspender las clases esta mañana en dicha Galiña Azul, mientras que en Poio resultó inundado de madrugada un garaje de dos plazas, según las primeras informaciones por el desbordamiento de un río próximo.

Previsión para los próximos días 

El temporal seguirá azotando Galicia hasta este jueves y avanzará hacia Reino Unido el viernes. Esto provocará que amainen las fuertes lluvias, pero, asistida por el anticiclón de las Azores, la borrasca Aitor provocará desde las islas británicas un corredor de vientos del norte que transportará hasta la comunidad aire gélido de Groenlandia. Se espera un descenso térmico brusco, sobre todo de las máximas, aunque la previsión del Aemet indica que el fin de semana se impondrá definitivamente la influencia anticiclónica.

Este fenómeno sucede apenas una semana después de que una intensa marea viva, la mayor en 19 años, se comiese la costa gallega. Tampoco se registró ningún incidente importante en la comunidad, aunque provocó inundaciones puntuales, el corte de algunos paseos marítimos y la desaparición de playas y puertos. En la ría de Foz se registró una altura del nivel del agua de hasta 4,5 metros y en ciudades como Vigo llegó a los 4,1 metros, dejando impresionantes imágenes de las costas.