La declaración de Katy Silva en la segunda sesión del juicio por el crimen de Samuel Luiz: «Tienen razón, fue una cacería y una animalada»

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

Angel Manso / Europa Press

Otro de los acusados, Alejandro Míguez: «Diego le pegaba a Samuel y Alejandro le agarraba el cuello»

17 oct 2024 . Actualizado a las 05:01 h.

A Katy Silva Barros se le notaba serena. Respondió a todo y a todos. Parecía segura. Hasta que se derrumbó. Fue al final de su declaración, cuando su abogado le preguntó cómo fue su vida desde la noche en la que mataron a Samuel. Entre lágrimas, dijo: «Solo salgo de casa acompañada, no puedo más. Me llaman asesina. Hemos tenido que irnos de la ciudad». Sin tiempo a secarse las lágrimas y al preguntarle su abogado qué fue lo que pasó aquel día, enmudeció la sala al escucharla. «Tienen razón, fue una cacería y una animalada», dijo.

Katy Silva Barros y Diego Montaña Marzoa están cerca la una del otro en la sala de la Audiencia Provincial de A Coruña en la que se juzga el crimen de Samuel Luiz. En medio hay un abogado y una relación irreconciliable. No se hablan desde que se produjo la brutal paliza y ayer, durante la segunda sesión del juicio, quedó demostrado. La joven señaló a Diego sin miramientos como la persona que inició y continuó la agresión. Llevaban unos tres meses saliendo. Hasta esa noche del 3 de julio del 2021 nunca había visto a su entonces novio en actitud violenta y lo que vio le hizo poner punto y final al noviazgo. «No era una persona agresiva, pero ese día sí lo fue», declaró Katy Silva. Para ella, si hay culpables, ellos son su exnovio y Alejandro Freire.

El primero, por no dejar de pegar a Samuel mientras el segundo lo agarraba por el cuello, inmovilizándolo. También señala a los dos menores que ya fueron juzgados y condenados a tres años y medio de internamiento tras reconocer que participaron en la agresión. «Uno de ellos llevaba un kubotán», que es un cilindro de metal de autodefensa. Según la acusada, el menor, en un momento dado, «golpeó con esa arma a Samuel en la sien».

Katy Silva, para quien la fiscala pide una pena de 25 años de cárcel por un delito de asesinato con la agravante de discriminación por orientación sexual, recordó ante el jurado popular que aquella noche abofeteó a Diego Montaña hasta en dos ocasiones, cuando intentaba sacarlo de encima de la víctima, y horas después, cuando se reunieron en un parque tras enterarse de que el agredido había muerto en el hospital. «Intenté separar varias veces a Diego cuando le pegaba a Samuel. En un momento paró y le di dos bofetadas para que dejara de pegar. Me pareció que había entendido por un momento el mal que estaba haciendo, pero enseguida continuó agrediendo. Ahí me puse a llorar y me bloqueé», declaró.

El abogado de Katy Silva Barros se preguntó «qué pinta» su clienta en un juicio por la muerte de un joven indefenso, «si lo único que hizo fue intentar parar la agresión». Puede que no sea así. Según las acusaciones, ella «hizo todo lo posible para impedir que auxiliaran a Samuel». Incluso, sostienen que azuzó a los acusados y le dijo a la amiga de la víctima que se fuera de allí. Katy lo niega. Sobre el origen de todo, recordó que estaba con Diego en el paseo marítimo de Riazor después de que los echaran de un pub «porque él estaba agresivo». Ahí apareció Samuel con su amiga, haciendo una videollamada. Su novio pensó que lo estaban grabando a él y le dijo: «Deja de grabarme que te mato, maricón». Y se fue a por él, dándole puñetazos.

Ella dijo que «lo único que quería era sacar a Diego de allí. En ningún momento le dije a la amiga de Samuel que no se metiera». Cosa muy distinta a la versión que dio en su día la joven que acompañaba a la víctima, que denunció que Katy se interpuso, la apartó y le dijo que no se entrometiera.

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Cuando Katy —según declaró— se vio incapaz de parar la agresión, se quedó «inmovilizada y llorando» mientras veía cómo un tumulto de personas perseguían a Samuel y lo golpeaban. De los otros cuatro acusados, solo pudo ver a «Diego, a Alejandro Freire y a los dos menores agrediendo». Exculpa a Kaio Amaral y a Alejandro Míguez.

Alejandro Míguez: «Diego le pegaba a Samuel y Alejandro le agarraba el cuello»

Alejandro Míguez tenía a Diego Montaña como uno de sus grandes amigos. Conoció al resto de la pandilla por él. Pero llegó el momento de enfrentarse a una pena de 22 años por asesinato y no dudó en culparlo. Alejandro Míguez Roca y Katy Silva coincidieron en casi todo en sus declaraciones de ayer. Y sobre todo, en lo más importante: en señalar a las personas a las que vieron golpeando a Samuel. Ambos apuntaron a Diego Montaña, a Alejandro Freire y a los dos menores ya condenados. Ninguno de ellos dijo haber visto agredir al otro acusado, Kaio Amaral.

Lo primero que tenía que explicar Alejandro Míguez Roca al jurado era la razón por la que mintió en sus primeras declaraciones cuando fue detenido. «No quería que esto me salpicase. Estaba muy asustado», dijo.

El acusado, que se encuentra en libertad provisional tras pasar un mes en prisión después de ser detenido, aseguró que cuando se acercó al lugar donde estaban agrediendo a Samuel Luiz, vio a Diego Montaña «lanzando una serie de puñetazos» hacia una persona que él no conocía y a la que Alejandro Freire agarraba por el cuello. «Lo primero, intento saber qué es lo que está pasando. Escucho a Katy decirme: ‘No hagas nada que esto es todo culpa de Diego' [...] Recuerdo meter los brazos e intentar acceder a Diego Montaña para separarlo y luego ser desplazado por el tumulto. Volví a intentar parar la agresión y ya no pude. A partir de ahí me alejé».

La acusación popular le preguntó por qué se alejó en lugar de llamar a la policía al ver a un joven que estaba siendo golpeado por un numeroso grupo de personas. El procesado respondió: «Era mi intención mitigar la pelea, pero no se me permitió». Y respondió a su letrado: «No agredo a Samuel en ningún momento». Así lo expuso en su declaración tras aceptar hacerlo ante todas las partes personadas en el juicio.

Según su relato, tras salir desplazado del «tumulto», optó por no querer «saber nada». Sobre el día de los hechos, recordó que subió las escaleras próximas al local de ocio en el que había estado con los acusados —ratificando que a Diego lo echaron por su «mala actitud»—, porque escuchó «gritos» e interpretó «que había algún tipo de pelea». «Vienen corriendo conmigo otras personas, visualizo el tumulto y veo que Diego estaba lanzando una serie de puñetazos». «Había unas personas rodeándolo, había una multitud, y Katy me dijo que no hiciera nada, que todo era culpa de Diego. Yo en aquel momento no sabía por qué se había iniciado la agresión y solo quería separar».

Alejandro Míguez, que se enfrenta a una petición de pena de 22 años de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento, reconoció que vio cómo la víctima caía desplomada.

Sobre la reunión posterior en el parque de San Diego —según las acusaciones, para acordar una versión de los hechos—, rechazó que fuese por eso y matizó que Alejandro Freire dijo: «Yo no lo maté, yo no lo maté». Mientras, Kaio aseguraba que no había hecho nada. Interrogado por su abogado, Alejandro indicó que no lo vio golpear más que cuando sujetaba por el cuello a la víctima y aseguró que esa misma noche se comentó que un menor llevaba un arma.

Duro interrogatorio de la fiscala, que acompaña con vídeos e imágenes

La fiscala Olga Serrano paró el interrogatorio a Katy Silva pidiéndole que la tratase de usted, que no la tuteara. Fue ese el primer aviso del tono que iba a emplear. Entre pregunta y pregunta no dejaba respirar a los acusados, a los que les mostraba vídeos, imágenes, grabaciones y les pedía que identificasen a todos los que aparecían.

Katy Silva y Alejandro Míguez se vieron en algún momento desbordados ante tanta pregunta. Las respondieron todas. Fueron interrogatorios largos, de cerca de 45 minutos cada uno. Sin descanso. A la acusación particular, que defiende los intereses de la familia de Samuel, y a la popular, representada por el colectivo Alas Coruña, poco les quedó por preguntar. Dejaron en manos de la Fiscalía toda la carga del interrogatorio.

El primer día, la representante del ministerio público se dirigió así a los miembros del jurado: «El mal está hecho y es irreparable. Ustedes, miembros del jurado, solo tienen que decidir el grado de responsabilidad de las personas que están en el banquillo». Y añadió: «Aplicando el sentido común, van a emitir un veredicto ejemplar. Son preguntas sencillas que hay que responder: ¿Samuel fue atacado por un grupo de jóvenes? ¿Samuel estaba indefenso? ¿Samuel estaba solo? ¿Su muerte fue buscada, deliberada y consensuada por parte de los cinco acusados?».

El abogado de la acusación popular se refirió a los procesados como miembros de «una manada» que agredió «a una persona indefensa solo para demostrar su superioridad ante el diferente». La letrada de la familia de la víctima apeló al «dolor de unos padres que vieron a su hijo salir de casa y un día después estaba en el tanatorio».

Las defensas de los únicos que quisieron declarar al principio destacan que «están en libertad»

Las defensas de Katy Silva y de Alejandro Míguez Roca se esforzaron el primer día del juicio en dejar bien claro al jurado que sus clientes son los únicos que están en libertad. Para Luciano Prado y para Manuel Ferreiro eso es «muy importante», pues «se ve que no hay pruebas contundentes que los señalen como partícipes de la agresión. Si las hubiera, estarían todavía en situación de prisión provisional. Y en una demostración de que no tienen nada qué temer, no se acogieron a su derecho a declarar el último día, sino que lo hicieron ayer. Manuel Ferreiro, abogado de Alejandro Míguez Roca, se esforzó en hacer llegar al jurado que no hay una sola imagen en la que se vea a su cliente dar un golpe. Reconoce que su defendido «está asustado», pero no por ser culpable de nada, sino «por sentarse en un banquillo con una petición de pena de 22 años cuando es inocente».

Luciano Prado, defensor de Katy Silva, no solo pide la absolución de su cliente, sino que la sitúa como «una de las pocas personas que intentó con todos sus medios que dejasen de pegar a Samuel».

Este viernes es el turno de los senegaleses que intentaron auxiliar a Samuel Luiz

Tras una primera sesión del juicio por la muerte de Samuel Luiz en la que las partes implicadas se dirigieron al tribunal popular para ofrecer sus versiones, este jueves arrancó una de las jornadas más esperadas de un juicio clave con la declaración de Katy Silva y Alejandro Míguez, los dos acusados que se encuentran en libertad, aunque con medidas cautelares. Ella nunca llegó a ingresar en prisión y él salió a la calle al mes de que la jueza de guardia decretase su encarcelamiento.

Ibrahima Diack, uno de los senegaleses que auxiliaron a Samuel Luiz, antes de entrar a la segunda jornada del juicio.
Ibrahima Diack, uno de los senegaleses que auxiliaron a Samuel Luiz, antes de entrar a la segunda jornada del juicio. ANGEL MANSO

La expectación era enorme. Decenas de cámaras y periodistas llegados de todos los rincones de España esperaban a las puertas de la Audiencia coruñesa la aparición de los dos acusados que están en libertad y de los ciudadanos senegaleses que intentaron auxiliar a Samuel. Ibrahima Diack y Magatte N’Diaye estaban citados a declarar, pero por falta de tiempo se pospuso su testimonio para hoy. Junto a ellos, subirán también al estrado dos amigos de la víctima y un viandante que lo vio todo.

Magatte N'Diaye declarará este jueves en la segunda jornada del juicio.
Magatte N'Diaye declarará este jueves en la segunda jornada del juicio. ANGEL MANSO

Ibrahima Diack y Magatte N’Diaye son testigos directos y su testimonio puede resultar decisivo. Ellos vieron las caras de las personas que golpearon a Samuel porque se metieron entre él y los agresores. Uno de ellos incluso recibió un golpe por parte de uno de ellos.