La pesadilla de los grafitis en los trenes: Renfe destina 25 millones al año y 10.000 horas de trabajo al mes para limpiarlos
GALICIA
En Galicia, el coste supera los 200.000 euros anuales, pero los principales ataques ocurren en los servicios de cercanías de Madrid o Barcelona. En total, durante el 2023 y el 2024, se ha limpiado una superficie equivalente a doce campos de fútbol
12 mar 2025 . Actualizado a las 20:32 h.Un tren de alta velocidad de la serie 107 de Renfe, la última hornada de convoyes que ha salido de los talleres de Talgo, realiza sus pruebas de homologación estos días en Galicia totalmente cubierto de pintadas, que fue acumulando en distintas paradas durante sus recorridos técnicos ante la ausencia de vigilancia al no estar en operación comercial. Pero el problema de los grafitis es mucho más grave y va más allá de lo que lo ha sucedido a un tren recién estrenado. Supone un problema económico y de recursos para Renfe, que lleva años tratando de concienciar sobre el daño que supone el arte urbano ilegal sobre el material rodante que es patrimonio de todos.
Así, Renfe ha limpiado 90.000 metros cuadrados (el equivalente a más de 12 campos de fútbol) de grafitis en sus trenes de toda España durante el 2023 y el 2024, lo que representa un coste económico anual de alrededor de 25 millones de euros, incluyendo tanto gastos directos como indirectos. Este importe incluye productos de limpieza, personal, equipos de protección, costes energéticos, gestión de residuos y medidas de seguridad para prevenir que estos actos vandálicos se reproduzcan. En Galicia, el gasto medio anual en limpieza es de unos 200.000 euros.
Durante los dos últimos años se aprecia un aumento en la superficie de grafitis. Así, tomando como referencia la Comunidad de Madrid, una de las más afectadas, en el 2023 se limpiaron 19.373 metros cuadrados de grafitis, mientras que en el 2024 fueron 22.926 metros cuadrados. Solo en Cercanías Madrid se han eliminado 19.323 metros cuadrados de más de 1.000 unidades durante el año pasado. «Este incremento refleja tanto una mayor incidencia de actos vandálicos como una intensificación de las labores de mantenimiento y limpieza para mantener la flota en óptimas condiciones», explica la operadora pública en un comunicado.
Además, es preciso recurrir a personal que podrían dedicarse a otras funciones. Según el estándar de horas establecido para las labores de limpieza, se requieren más de 10.000 horas netas al mes. «Es importante destacar que la limpieza de grafitis no solo afecta la operatividad de los trenes, sino que también afecta directamente a los viajeros, quienes por culpa de estos actos vandálicos pueden sufrir retrasos o cancelaciones de servicios. Además, muchas unidades deben ser inmovilizadas durante días para su limpieza, lo que afecta a la disponibilidad del servicio», explica Renfe.
En lo que respecta al impacto medioambiental del vandalismo grafitero, se estima que anualmente se utilizan 16.000 litros de pintura, compuesta por sustancias tóxicas como benceno y 1,3-butadieno, generando 40.000 botes de pintura como residuo peligroso. Para minimizar el daño ambiental, Renfe ha desarrollado protocolos específicos de limpieza que impiden que los residuos lleguen al suelo. Se emplean mantas absorbentes y un sistema de gestión medioambiental especializado.
El traslado de los trenes hasta los centros de limpieza conlleva un elevado consumo energético, equivalente a 36 millones de bombillas encendidas durante una hora o al abastecimiento energético de más de 44.000 hogares en un día.