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El apagón de los lectores: «Prendimos candeas e fixemos autodefinidos»

La Voz

GALICIA

Tres jóvenes en el balcón de una casa de Santiago durante el apagón
Tres jóvenes en el balcón de una casa de Santiago durante el apagón XOAN A. SOLER

Las otras historias del día en la penumbra: el rescate de una vecina que llevaba hora y media atrapada en un ascensor, el generador que le dio la vida a un paciente de EPOC de A Pobra y el vecino de Tomiño que vio cómo se iluminaba en segundos la frontera portuguesa

30 abr 2025 . Actualizado a las 09:42 h.

Velas, radios de pilas, conversaciones con los vecinos en el descansillo y muchos escalones. Las 18 horas sin luz sacaron a la luz toda nuestra dependencia energética. Necesitamos un enchufe para todo: para comunicarnos, para comer, para entretenernos y, algunos, literalmente para poder sobrevivir. Lo más duro lo vivieron los que necesitan estar conectados a una máquina o tienen movilidad reducida. El resto, entre la incertidumbre y la desconexión, fueron pasando las horas recuperando aquellos hábitos que las pantallas han ido poco a poco sustituyendo. Partidas de brisca, dormir con el transistor en la mesilla, leer y hacer crucigramas. Estos son los relatos de los lectores de La Voz de Galicia que han querido compartir cómo fueron sus horas en penumbra

LUCÍA, DESDE FERROL

«A mí el apagón me tocó trabajando de medico en el centro de salud, no podíamos ni acceder a las historias ni llamar así que nos dedicamos a las urgencias presenciales. Aun así fue relativamente tranquilo porque la gente respetó el hecho de solo acudir por emergencias reales. Por la tarde fui a la gasolinera y ya no me podían atender porque no funcionaban, me compré una radio con pilas, fui al supermercado y estuve toda la tarde en casa hablando con mis vecinas con la radio y cargando el móvil cada tres horas un rato en el coche. Al irse la luz solar me quedé dormida hasta las cuatro y pico de la mañana que de golpe se encendió todo»

Mar, desde Santiago 

«Estivemos todo o día sin batería nin cobertura, foi agobiante non poder comunicarnos cas nosas familias, pero foi agradable socializar cos demais a través das ventanas e acabamos xogando á brisca cos nosos veciños, acabóusenos facendo ameno»

Covadonga, desde Vigo

«Soy trabajadora de emergencias y me pasé el apagón subiendo hasta el piso doce a pie con botellas de oxígeno. Bajando con sillas y oxígeno a pacientes que lo único que querían eran botellas de oxígeno para seguir en sus casas y no saturar centros hospitalarios. Muchos fueron ayudados por vecinos, por la policía local y la nacional que gestionaban todo por emisoras a través del 112, porque el 061 estaba caído por teléfono. Fue un día de trabajadores sanitarios dándolo todo y otros poniéndose medallas. Trabajadores sanitarios llevando a pacientes de vuelta a su casas y subiendo a pulso sin refuerzos hasta diez pisos...¿Dónde estaban los que gestionan?¿Quien ayudó a los que vivían solos y no podían pedir ayuda? ¿También saldremos mejores de esta?»

un lector, desde A Pobra do Caramiñal

 «Nos vivímolo nun principio con moito medo porque temos un enfermo EPOC dependente do osíxeno as 24 horas. Pero grazas á rápida actuación de Protección Civil do Concello da Pobra do Caramiñal e ó xenerador que nos instalaron, non tivemos que recurrrir ó hospital colapsado. Estiveron pendientes da nosa situación e que o xenerador non parara en ningún momento. Tanto polo día como pola madrugada. Mil grazas por un servizo espectacular» 

Axel, desde Ferrol

«Ayer a las doce fui a una lavandería y al irse la luz estuve esperando una hora. Al final, me fui, como hicieron otros usuarios. Hoy, al volver, se la habían llevado mi ropa». 

Anxo, desde Vigo

«Yo instalé hace un tiempo paneles solares y una batería, y tengo montado el modo backup desde el primer momento, por lo que tuve electricidad sin problemas durante todo el día. Internet por fibra también funcionó perfectamente, así que pudimos hacer vida normal. Creo que si todos ponemos de nuestra parte por ser más autosuficientes, no solo ahorramos dinero, sino que nos salva en situaciones así».

ALEJANDRO FRAGA, DESDE A CORUÑA

«Mi empresa Prosegur, en el polígono de A Grela, trabajó con total normalidad por contar con un generador. En mi edificio, en la calle Antonio Viñes, una vecina estuvo atrapada en el ascensor hasta las 14.00 horas, cuando una persona consiguió doblar la puerta con una barra de hierro»

CRISTINA LÓPEZ, DESDE LALÍN

«Ante a falta de luz tanto na rúa coma na casa, prendimos candeas e fixemos autodefinidos»

PILAR, DESDE LUGO

 «Consulta de Xinecoloxia no HULA posposta, a que non me poideron atender pois non lles iba o Ianus. A ver cando toca agora a nova cita. Había luz pero os ordenadores non funcionaban ou iban moi lentos»

ADRIÁN BLANCO, DESDE TOMIÑO

«Vivo en Tomiño e temos vistas ás montañas do outro lado do río Miño e que pertencen aos municipios portugueses de Valença do Minho e Vila Nova da Cerveira. Alí o suministro eléctrico voltou ás 22:48 (hora de Galicia) e foi impresionante ver como se ían acendendo as luces por localidades progresiva e linealmente, en cuestión de segundos. De película!»

Ana, desde A Coruña

«Yo pasé el apagón sin agua. Por lo visto, soy la única de mis conocidos a quién le pasó, de varias sitios en Galicia. En mi caso, vivo en Coruña casi centro. De hecho, volvió la luz de madrugada y tardó hora y media en volver a haber agua».

Laura, desde Lugo

«Pasei o apagón na casa, tranquila, traballando fora na horta e disfrutando do día e cando xa veu a luz informándome un pouco do que pasara. Nestes casos non podemos entrar en pánico nin saturar servizos. No meu caso é moi cómodo, non teño a nadie dependiente e vivo sin semáforos».

Fernando, desde Culleredo

«Con absoluta tranquilidad ya que estás cosas pasarán al depender de tanta tecnología, tenía una radio pequeñita de pilas y por ella nos fuimos enterando de las noticias».

Consuelo, desde Pontevedra

«Sin luz hasta las 4:45. Todo el día en la playa, con acceso puntual a internet e informándome por la radio conservando la poca batería que tenía de móvil hasta las 12 de la noche».

pura, desde vigo

«Tenemos un generador pequeño que nos dio electricidad que compartimos con algunos vecinos. Era difícil conseguir gasolina, así que vaciamos el depósito de una moto»

María Jose, desde A Coruña

«Había pasado el fin de semana en Santander para ver el partido del Dépor. Veníamos de vuelta y paramos en un área de servicio de Asturias a tomar café y ya nos dijeron que no podían, que había apagón en toda España. Seguimos viajando y paramos en Luarca a comer, allí llegó la luz a las 15.30 horas.  Al llegar a A Coruña, tuvimos que subir andando y con maleta 18 pisos».

Alba, desde Cambados

«Estaba teletrabajando cuando se fue la luz. Lo comenté con unos amigos y estábamos todos igual, así que no le di más importancia. Fue poco después, cuando mi pareja avisó de que sus compañeros de trabajo de Barcelona tampoco tenían luz, que me di cuenta de que esta situación no era normal. Bingo: en las noticias ya hablaban de un apagón nacional. A lo largo de la tarde ya empecé a no tener señal en el móvil y lo que eché más en falta fue, sin duda, una radio».

María, desde Outeiro de Rei

«El apagón me pilló en el sofá eléctrico, soy una persona con movilidad reducida y no me podía levantar. Mi marido y otro vecino salieron a mirar en las cajas de la calle, pero no era de ahí. Ya empezaron a decir que era un apagón general en toda España, Portugal y sur de Francia. Tenía una radio solar y ya nos fuimos enterando de las noticias, fue como en el golpe de Estado. Yo era pequeña y me recuerdo pegados a la radio. Mi marido tenía unas baterías y un conversor en casa y las enchufó y me pudo levantar. Gracias a eso. La luz nos llegó a las 17:55 de la tarde. Pero no teníamos ni internet, ni llamadas. Sin cobertura para llamar a la familia. A las 6 de la mañana ya teníamos internet y cobertura. Fueron unas horas malas por la incertidumbre. Y me apenaba la gente mayor que necesita una máquina de oxígeno».

Un lector, desde Melide

«Mi madre necesita oxígeno 16 horas al día y estuvimos desde las 18:00 hasta las 9:00 incomunicados. A las 10:40 de la mañana seguíamos sin luz y con el arcón congelador lleno».

Rosi, desde A Coruña

«Al principio me asusté. Luego por la noche me quedé dormida temprano y al despertar ya había luz»

Sheila, desde Neaño

«El apagón me cogió en casa con un niño pequeño de 7 años que estaba enfermo. Pasaban las horas y las noticias nos llegaban a cuentagotas. Nos enterábamos a través de la radio del coche. Hemos perdido unas vacunas de mi hijo, compradas en febrero y que cuestan unos 200 euros.¿Quién se va a hacer cargo? El apagón no solo supuso perder alimentos sino algo esencial como medicación. Desde las 12:30 del lunes hasta el martes a las 7:30 de la mañana estuvimos sin luz e incomunicados sin móviles. Es algo que no debe pasar. Espero que den soluciones»

 Thomas, desde Maceda

«Gracias a nuestra instalación solar fotovoltaica no sufrimos en ningún momento corte de luz o falta de operativa durante las casi 18 horas de apagón desde ayer a las 12.30 hasta hoy por la mañana. Funcionando con normalidad total la cocina, la luz, la tele, la calefacción y la maquinaria».

Miguel, un coruñés en Madrid

«En mi caso, a las 12:30 horas el metro de la línea 7 de Madrid se detuvo debido a un problema en la catenaria, según nos informaron. Media hora después, nos ordenaron desalojar el convoy y, en fila y alumbrándonos con las linternas de los teléfonos móviles, recorrimos aproximadamente un kilómetro de vías subterráneas. A mitad de trayecto, agentes del Cuerpo Nacional de Policía se incorporaron para escoltarnos. Tanto la estación como el túnel permanecían sin suministro eléctrico. En ningún momento se nos comunicó lo que estaba ocurriendo a nivel nacional. Alcanzamos la superficie alrededor de las 14:00 horas».

Lisa, desde Santiago

«Xenial, sen pantallas e con tempo dabondo para a lectura. Non estamos xa afeitos a tanta tranquilidade, casi botamos a faltar o estrés habitual».

Iria, desde Oleiros

«Estaba con amigos en casa, según fue el apagón a los 5 minutos ya recibimos WhatsApp de familiares de Valencia, Barcelona y Madrid de que era en toda España. Comimos de bocadillo, fuimos a pasear y de noche jugamos a juegos de mesa con luz de linterna».

Rut, desde A Coruña

«Me llamo Rut Souto y tengo 21 años. El apagón me fastidió bastante porque soy una persona con artrosis y vivo en un 9° y me cuesta subir las escaleras. Pero también pasé buenos momentos con mi familia, fuimos a tomar algo en un bar, comimos con mis padrinos, hablamos de muchas cosas y jugamos a las cartas . La verdad creo que este apagón nos unió más como familia y pasamos un tiempo increíble. Hace mucho tiempo que no pasábamos tiempo en familia sin los móviles y compartiendo momentos así. De algo negativo siempre hay que sacar algo positivo y lo positivo es que nos pudimos relacionar más con la gente y pasar más tiempo en familia sin tener la televisión y las tecnologías delante. Nos hemos dado cuenta de que la juventud de hoy en día sin internet no sabe hacer nada ni disfrutar de la vida y de los momentos en familia».