Los terruños gallegos se han portado como nunca: el enólogo Xosé Lois Sebio, que trabaja en todas las denominaciones de origen, califica esta campaña de «fantástica e histórica»
26 sep 2015 . Actualizado a las 14:52 h.En plena vendimia el viticultor de Rías Baixas Elogio Pomares colgaba la siguiente pregunta en su muro de Facebook: «¿Existe realmente el Albariño tinto? Esta cosecha promete» y dejaba con la miel en los labios a los cientos de admiradores en todo el mundo (vende hasta en Filipinas) de vinos como su Zárate. El tercer fin de semana de septiembre fue el momento álgido de una recolecta excepcional en Galicia, porque se recogerán unos 16 millones de kilos más de uva que la pasada campaña, a pesar de que muchas bodegas han aligerado las vides de fruta hace meses para perder cantidad y ganar en calidad.
Los terruños gallegos han respondido como nunca: a las bodegas de O Ribeiro llegaron un millón de kilos de calidad máxima en un solo sábado; ese mismo día en Ribeira Sacra se batía otro récord al acercarse a los dos millones en apenas dos jornadas de trabajo bajo un sol de justicia y en parcelas con pendientes del 70 %. Otro ejercicio más de la viticultura heroica que se admira en las redes sociales y atrae a no pocos enoturistas. Los que pudieron participar de la vendimia más alegre tuvieron propuestas de bodegas como Eidos de Sanxenxo o del centro de Vino de Ribeira Sacra, que incluso organizó una cata de las variedades como la merenzao o la sousón. El resto se asomó a Internet para ver como Alberto Nanclares y su equipo pisaba su cosecha a través de las fotos que iba colgando en Facebook. Este economista reconvertido a viticultor tiene claro que la de este año va a ser una añada excepcional, su previsión también pasa por sumar más que el año pasado (un 20 % en Rías Baixas). En Ribeira Sacra tiene un nuevo proyecto y cree que la cosecha ha sido «fantástica, con una uva con una madurez muy buena y totalmente sana. Da gusto probar los mostos».
Bajar acidez en Rías Baixas
Nanclares (que tiene uno de los mejores albariños según la última lista Parker) retrasará la vendimia en Rías Baixas: «Estoy esperando a que la uva esté equilibrada, de momento la graduación es buena pero la acidez está algo alta. Creo que solo faltan unos días de buen tiempo para acabar la maduración». El enólogo Xosé Lois Sebio comparte esta opinión y apunta que en esta zona el único problema será mantener el grado alcohólico. Solo se pregunta donde terminarán los cientos de kilos que sobran tras una cosecha «extraordinaria». Sebio trabaja para Coto de Gomariz, en O Ribeiro, pero cuenta con un proyecto personal que se denomina Viños de Encostas y que le permite estar en todas las denominaciones, además de en Segovia y el Bierzo. Es su particular «búsqueda de vinos más directos, de personalidad única y elaboración más arriesgadas en zonas con identidad muy acusada», según define un blog sincero para lo malo y para lo bueno. Esta bitácora conmocionó en el 2013 con una entrada titulada «el año del desastre». Sonríe cuando lo recuerda y asegura que aquello no tiene nada que ver con esta vendimia: «Nos van a faltar estrellas y adjetivos para esta añada, solo comparable al 2004 o el 2011». Para Sebio el tiempo se ha portado como nunca: las lluvias han engordado la fruta y el frescor de las noches ha jugado a favor de una cosecha que será histórica en las cinco denominaciones.
Desde el territorio de Valdeorras el viticultor José Luis Aristegui tampoco ha escatimado a la hora de subir imágenes y reflexiones a las redes sociales. Justo en la jornada en la que recolectaba la última partida de su mimada garnacha tintorera se mostraba exultante: «O importante é que uva está sana, hai máis producción, pero eu en xuño regulei e retirei case o 50 %», cuenta a Devinos.
Buen tiempo para cepas viejas
Aristegui sostiene que este será un año en el que las cepas antiguas se podrán lucir como nunca. Está tan contento que ya sueña con dos propuestas nuevas, consecuencia directa de una cosecha excelente: «A calidade é moi boa, as chuvias que se deron a principios da vendimia so axudaron a medrar a fruta e a sequía da comarca de Valdeorras está convertindo esta terra nunha especia de Priorat».
Es una vendimia rica, golosa, pero no sencilla. De hecho, puede terminar siendo una de las más largas de la historia en casi todas las zonas. En Ribeira Sacra, el consejo regulador abrió la campaña el 15 de septiembre, cuando muchas bodegas, como la de Fernando Algueira, llevaban muchos días en plena faena. Este viticultor hace años que alerta del cambio climático y de un calor que cada año madura antes sus vides. Él siempre vendimia cuando se lo pide cada planta. Este año comenzó en agosto. Allí mismo el enólogo Roberto Regal añade que «por fin se puede hablar de una colleita sana e equilibrada».
Monterrei es pequeña en cantidad, pero uno de sus productores redobla año tras año proyección por unos vinos aborgoñados y una viticultura artesana, pero audaz. De esta bodega, Quinta da Muradella de José Luis Mateo, no hay página de Facebook, ni rastro en las redes sociales. Aunque seguro que suscribe la promesa que José Crusat, viticultor independiente que recupera el branco lexítimo en Barbanza, dejó en las red en pena faena: «Hemos secuestrado el sol. Se lo devolveremos embotellado».
La opinión de...
Alberto Nanclares: «Da gusto probar los mostos». Su previsión sigue la tónica general de vendimiar más que el año pasado, en torno al 20 % más en Rías Baixas.
Roberto Regal: «Por fin se pode decir que esta é unha boa colleita e ser honestos, inda que eu sempre que foi mala confeseino», cuenta un enólogo que asegura que este será el año en el que mejor se expresen las variedades autóctonas.
José Luis Aristegui: La sequía marca a Valdeorras, que Aristegui compara ya con el Priorat.
Xosé Lois Sebio: Trabaja en todas las denominaciones gallegas y concluye que este año será «fantástico e histórico».