Infinidad de compañías alteran sus productos para reducir costes y juegan con términos confusos en el etiquetado, o con el parecido del sabor de un producto de alta gama y de otro más asequible, para engañar al consumidor
En el 2013 sonó la voz de alarma cuando se descubrió que no una, ni dos, ni tres, sino un buen puñado de compañías alimentarias incluían trazas de carne de caballo en sus lasañas y hamburguesas envasadas. En algunos casos, como el de la marca Findus, la presencia de carne equina llegaba a superar una proporción del 60 % en un producto que se vendía como carne de vacuno. Riesgos para la salud aparte (se tuvieron que hacer pruebas para comprobar que estos alimentos no tenían fenilbutazona, un antiinflamatorio usado frecuentemente en los caballos y que provoca graves efectos adversos), lo cierto es que este escándalo no es un caso aislado. Que se lo digan a Alberto Chicote, que se está haciendo de oro destapando las grandes mentiras de la industria alimentaria en su programa ¿Te lo vas a comer? Desde el atún rojo, del que se calcula que el 50 % que se distribuye por el mundo es ilegal, o al mero que algunos restaurantes le ofrecen a sus clientes cuando, en realidad, van a darles perca del Nilo. Pero hay más casos de engaños y etiquetados disfrazados. A continuación, algunos de los más comunes.
Restaurantes que ofrecen buey y sirven vaca vieja
Es bastante común querer tirar la casa por la ventana en un festejo y en un restaurante pedir un riquísimo (y nada barato) chuletón de buey. Pero acabar comiendo vaca vieja. Probablemente nos la cuelen y no atisbemos diferencias, pues no es tan fácil distinguir una carne de otra. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lanzó hace unos años la campaña Que no te den vaca por buey para denunciar que solo tres de cada diez restaurantes en España sirven carne de buey auténtica.
Aceite de oliva ¿virgen extra?
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denunció hace tan solo un mes que la mitad de marcas comerciales en España no cumplen con los requisitos de perfección que se le atribuyen al aceite de olvia virgen extra. Dadas las dificultades para diferenciar las propiedades organolépticas de un aceite de oliva virgen de un virgen extra, varias compañías se la juegan al consumidor con el etiquetado. Según explica la OCU, los resultados no dejan lugar a dudas. Veinte productos cumplen los parámetros de autenticidad, de calidad y de cuidado del fruto; pero no dan la talla en el análisis sensorial. Esta asociación alerta de un engaño al consumidor y ha tomado cartas en el asunto denunciando a las marcas que inclumplen en cada comunidad autónoma.
Azafrán español que en realidad es iraní
El oro rojo más valioso del mundo se cultiva en España. Sin embargo, nuestro país parece que exporta más kilos de los que es capaz de producir. Si las matemáticas no fallan, está claro que es otro caso de fraude. En este caso, los expertos explican que la mayoría de azafrán que se vende fuera de nuestras fronteras como español es en realidad de origen iraní pero etiquetado en España. Además, un estudio elaborado por científicos españoles y checos ha conseguido distinguir el azafrán con Denominación de Origen Protegida de La Mancha o Aragón, el que ha sido cultivado en España pero no tiene DO, y los procedentes de otros países. Los resultados del análisis revelaron que de las 44 muestras analizadas 26 eran un fraude y su calidad era infinitamente menor a la del azafrán 100 % español.
Pulpo á feira de Marruecos
No llega ni a categoría de secreto a voces, porque aunque fuera de las tierras de Breogán pueda sorprender, lo cierto es que un porcentaje elevadísimo del pulpo que se consume en Galicia no es de origen local. El biólogo marino Javier García Galdo explica que no es sencillo diferenciar un pulpo gallego de uno de Marruecos «porque es el mismo animal, lo único que varía es el tipo de alimentación. El gallego se alimenta de berberechos, mejillones… y sabe mucho más a marisco. El de Mauritania se alimenta de cuatro pececitos porque viven prácticamente en bancos de arena».
Además, aclara el bióligo, más allá de por el desabastecimiento de la comunidad a la hora de hacer frente a la ingente demanda de este producto, «muchos restauradores se inclinan por pulpos del banco canario-sahariano porque al pulpo de aquí se le suele caer la piel y para tenerlo expuesto no queda tan bonito».
Vino español como francés
Lo llamaban vino francisé, algo así como afrancesado, por eso de jugar al despiste. Pues de Francia tenían el etiquetado, y poco más. Las autoridades del país galo destaparon una megaestafa gracias a la denuncia de productores franceses que veían como vino español de baja calidad se vendía en su país por un precio hasta ocho veces superior a su valor real. Durante la investigación se descubrió que en un total de 179 establecimientos, el 22 % vendían vinos fraudulentos. Las pesquisas se ampliaron a casi 2.500 bares, restaurantes y supermercados franceses y se concluyó que en la mayoría de casos faltaba la mención sobre el origen del producto vendido como francés y la utilización de denominaciones comerciales confusas.
El agua embotellada no es más saludable
Las campañas de publicidad que muestran a jóvenes haciendo ejercicio y bebiendo agua envasada, o personas de la tercera edad que se mantienen lozanas y vivarachas rodeadas de varias botellas de agua, generan confusión sobre las supuestas propiedades beneficiosas del agua embotellada. Lo cierto es que el agua del grifo, en España, es potable y perfectamente apta para el consumo. Nada varía en función del embotellado, al menos en lo que a salubridad se refiere. Caso diferente es el de las aguas minerales, «aguas de origen siempre subterráneo, puras en origen, con una composición mineral constante que se mantiene en el tiempo. Son envasadas a pie de manantial a través de un proceso de extrema asepsia y llegan al consumidor con la misma pureza, composición mineral y propiedades saludables que tienen en la naturaleza», explican fuentes de la Asociación de Aguas Minerales de España (Aneabe).
Y llega aquí otro problema: la cantidad de aguas embotelladas que juegan con la confusión del consumidor. Sin ir más lejos, la compañía Pepsi, admitió que su agua envasada, Aquafina, no se trata de agua mineral, sino que corre del grifo, algo que muchas personas no saben, y dan por sentado que están tomando agua mineral.
También en Sabe Bien