El publicista Jacques Séguéla cuenta el nacimiento del idilio entre el presidente francés y su esposa en una cena que él organizó.
11 feb 2009 . Actualizado a las 20:48 h.Celestina en francés se dice Jacques Séguéla. El célebre publicista, autor del lema La fuerza tranquila con el que François Mitterrand llegó al Elíseo en 1981, fue el alcahuete de la relación entre Nicolas Sarkozy y Carla Bruni.
Una noche de noviembre de 2007 invitó a cenar en su casa de París al presidente, fuerza intranquila tras divorciarse de Cecilia Ciganer-Albéniz, con la modelo y cantante, a la que pidió que llevara la guitarra para amenizar la velada. El creativo cuenta los detalles del nacimiento del idilio en una autobiografía que acaba de salir al mercado.
Sentados a la mesa con los demás comensales, la bella y la bestia política abandonaron el usted de las presentaciones para pasar al tuteo del ligue. Sarkozy se giró «como imantado» hacia Bruni, situada a su derecha, y le dijo:
-«Sabes, Carla, no soy un regalo. Cené con una periodista y mi obsequio fue una manada de paparazzi».
-«En materia de revistas del corazón eres un aficionado. Mi unión con Mick Jagger duró ocho años de clandestinidad. Atravesamos todas las capitales del mundo y nunca nos sorprendió ningún fotógrafo».
-«Dame tu receta».
-«Muy sencillo. Le disfrazaba como me apetecía: barba, perilla, bigote, los peinados más locos».
-«Y a mí, ¿cómo me disfrazarías? Con boina, una barra de pan bajo el brazo...»
-«Encontraría algo mejor».
-«Pero ¿cómo pudiste estar ocho años con un hombre que tiene unas pantorrillas tan ridículas?»
A los postres, medio serio, medio en broma, el conquistador retó a la devora-hombres:
-«Vas a cantar en el Casino de París. Estaré en primera fila y anunciaremos nuestro noviazgo. Ya verás, seremos mejor que Marilyn y Kennedy».
-«Noviazgo, jamás. No viviré con un hombre salvo si me da un hijo».
-«En cuestión de niños ya he criado a cinco. ¿Por qué no seis?»
En la boca
El flechazo se produjo pasada la medianoche, cuando Bruni puso la voz cantante a la fiesta. «Lo irreversible aconteció en ese instante de gracia. Comprendí lo que me había hecho provocar ese encuentro. Estaban programados el uno para el otro», cuenta el anfitrión de aquella velada, al que se la han conocido comentarios más originales.
El presidente susurró una frase al oído de la intérprete, que desveló al día siguiente a su indiscreto Cupido: «Carla, ¿eres capaz en este momento, delante de todo el mundo, de besarme en la boca?».
Carla y Nicolas se casaron tres meses después, hace un año, en el Elíseo. El matrimonio vive en el domicilio de ella en París. De momento no han tenido hijos.