Westwick, que interpreta a un rebelde en «Gossip Girl», destaca de la serie su contenido «altamente dramático» y apunta que el lujo y la ostentación seducen al espectador por ser elementos de fantasía que permiten la evasión.
11 ago 2010 . Actualizado a las 15:44 h.Poco tienen en común los personajes pijos neoyorquinos que aparecen en Gossip Girl y el actual presidente de Estados Unidos, pero al actor Ed Westwick, que encarna al chico malo de esa serie de televisión, le encantaría que Barack Obama apareciera en un episodio.
Westwick resalta que «sería interesante» que el 44 presidente de USA participara en la ficción que narra la dramática, glamourosa y muchas veces banal existencia de un grupo de adolescentes pudientes del Upper East Side de Nueva York, aunque no especifica en calidad de qué. Al fin y al cabo, las utopías pueden ser indefinidas.
Los líos adolescentes de «Gossip Girl», basados en las novelas de Cecily von Ziegesar, han cautivado a las audiencias de medio mundo y las buenas cifras han animado a sus creadores a grabar una cuarta temporada.
El último capítulo de la tercera lo emitirá mañana en España Cosmopolitan TV, a partir de las 21:35 horas.
En una entrevista con varios medios europeos en Londres, Westwick destaca de la serie su contenido «altamente dramático» y apunta que el lujo y la ostentación, muy presentes en la ficción, seducen al espectador porque son elementos de fantasía que permiten la evasión.
«Cada personaje es trágico en cierta forma. En la superficie todo puede parecer rosas y diamantes, pero como hemos visto a lo largo de las historias, no lo es», sostiene.
Su rol, el rebelde Chuck Bass, se lleva el premio a la existencia conflictiva. Su vida ha sido como un «viaje de montaña rusa», explica, porque primero era un mocoso engreído que no respetaba a nadie, luego tuvo que enfrentarse a la pérdida de su padre y a la soledad y más adelante encontró y perdió una estructura de apoyo en el amor de Blair Waldorf (Leighton Meester).
Personaje de luces y sombras, de Chuck Bass le gustó desde el principio su ingenio, sus chistes geniales y la oportunidad de poder ponerse en la piel de un tipo ajeno a sí mismo por lo siniestro y por «estar siempre en el límite».
Además, Westwick cree que a todo el mundo le gustaría experimentar la fantasía de interpretar a un «playboy millonario» que consigue a todas las chicas que quiere.
Tras reflexionar un tanto, asegura que de Bass ha aprendido poco, quizá que existen personas que no se pueden arreglar y que siempre va a «haber víboras ahí afuera», alguien que intente derribarte.
El actor británico agradece la química existente en las escenas que comparte con Leighton Meester y espera que sus personajes retomen en la cuarta temporada, de la que no da detalle alguno, la relación que mantenían.
Gossip Girl, la serie adolescente heredera de Sexo en Nueva York volverá este año con más drama, sexo, estilo, traición, redención y riqueza y sus primeros capítulos se desarrollarán en París.
Cuando Westwick consiguió el papel para Gossip Girl, con 19 años, no sabía dónde se metía. Hoy en día, con los 23 ya cumplidos, echa de menos Londres y el anonimato que le permitía poder salir a la calle sin ser «acosado» por un grupo de adolescentes o visitar un museo con tranquilidad.
A pesar de la popularidad que le ha brindado la serie, el intérprete reconoce que se encuentra en el comienzo de su carrera y por eso desearía trabajar a las órdenes «directores maravillosos» como David Fincher, Peter Jackson o John Favreay, para crecer como actor.
Con algún proyecto cinematográfico entre manos, Westwick no descarta aparecer en la gran pantalla en una película de héroes. «Mataría por ser Batman», asegura. Que tiemble Christian Bale.