Trierweiler afirma que Hollande se refería a los pobres como los «sin dientes»

La Voz LA VOZ / AFP

GENTE

Atlas TV

El libro de la expareja del presidente del Elíseo agita a la izquierda francesa

04 sep 2014 . Actualizado a las 22:45 h.

La publicación de un libro vengativo sobre su relación con el presidente François Hollande le ha costado virulentas críticas de la izquierda a la ex primera dama francesa Valérie Trierweiler. El gobierno galo ha pedido «dignidad» tras la publicación del polémico trabajo de la que otrora fue primera dama del Elíseo. Y es que las revelaciones de Trierweiler, con acusaciones en las que asegura que el presidente desprecia a los pobres, pueden ser calificadas de cualquier modo, pero jamás como inocentes.

«Pido respeto de la vida privada y dignidad en el debate público», declaraba el primer ministro Manuel Valls tras conocer los primeros extractos de un libro que pocas horas después de su publicación ya se convertía en líder de ventas en la página francesa de Amazon.

Pero a pesar de que el río anda sumamente revuelto, la presidencia no se ha atrevido todavía a reaccionar de forma oficial.

En «Merci pour ce moment» («Gracias por estos momentos») Valérie Trierweiler relata el escabroso momento en el que descubrió que Hollande tenía una amante, la actriz Julie Gayer; una chocante narración a la que añade un completo retrato de un hombre «deshumanizado» que menosprecia a los pobres.

«A él le presentan como el hombre al que no le gustan los ricos. Pero la verdad es muy distinta. En realidad no le gustan los pobres. Él, un hombre de izquierdas, habla en privado de los «sin dientes», un chiste del que se jacta muy a menudo y del que se siente muy orgulloso», afirma sin pelos en la lengua Trierweiler.

La periodista de 49 años, que solo permaneció en el palacio del Elíseo entre mayo del 2012 y enero del 2014, ha recibido críticas hasta de la otra ex mujer de Hollande, Ségolène Royal, madre de los hijos del presidente francés y actual ministra de Ecología. «Son tonterías. Es lo contrario del sentido del compromiso político de un gran responsable de la izquierda», defendió a su expareja.

«Golpe de gracia

Mientras la izquierda llora las revelaciones, ya hay quien ha empezado a frotarse las manos.

«¿Cómo un presidente de la izquierda, al que el electorado popular ya ha abandonado en las urnas, podría recuperarse de algo así?», escribe el periódico conservador Le Figaro en su editorial.

Tampoco se ha quedado callada Marine Le Pen, presidenta del partido de extrema derecha Frente Nacional, quien calificó de «despreciable» la expresión de Hollande sobre los pobres. «Si es verdad que ha dicho eso, se estaría desvelando una cara del presidente que arruinaría definitivamente su imagen», sentenció Le Pen. Para gran parte de la prensa francesa, las revelaciones de Trierweiler suponen el «golpe de gracia» para un presidente que ya es muy impopular y tiene dificultades en su propio campo político.

«Patético», resume el periódico popular Le Parisien mientras que el diario de izquierdas Libération afirma que «La vida privada salpica la política».

«En el momento que parte de los aliados de François Hollande tienen dudas sobre la sinceridad de su compromiso con la izquierda, ella le describe como un hombre al que no le gustan los pobres. Esto se llama un golpe de gracia», asegura por su parte el periódico económico Les Echos.

Desde principios de año el presidente francés, cuya popularidad sigue estando bajo mínimos, ha dado un giro social-liberal a su política que divide a los socialistas y la izquierda.

El libro llega en mal momento. El presidente ha conseguido los peores niveles de popularidad en las últimas encuestas (con solo un 19 % de opiniones positivas, mientras que un 77 % de los franceses no tienen confianza en él).

Otro miembro del gobierno socialista, el secretario de Estado para las relaciones con el parlamento, Jean-Marie Le Guen, ha lamentado que el Ejecutivo «se haya colocado en una situación de rehén». «Si hablamos de la repulsión que sentimos ante esta desvergüenza alimentamos el asunto y si no hablamos al respecto, nuestra respuesta sería corta».