La salud del rey Harald le ha obligado a disminuir de manera permanente su actividad
19 may 2024 . Actualizado a las 09:18 h.Esta semana, los reyes Federico y Mary de Dinamarca han continuado con el periplo de su primer viaje de Estado recalando en Noruega, donde fueron recibidos por sus homólogos, Harald y Sonia, acompañados por los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit. De hecho, han sido el heredero a la corona y su esposa quienes han llevado el peso como anfitriones en esta visita oficial. Con ellos visitaron la zona boscosa de Ostamarka y también fueron ellos quienes acudieron al embarcadero en el que estaba atracado el lujoso barco-palacio Dannebrog para despedir a los soberanos daneses en su partida. Desde que el pasado mes de abril el rey Harald redujera de manera permanente su actividad por cuestiones de salud, Haakon y Mette-Marit se preparan para la sucesión.
El monarca noruego ha sufrido bajas recurrentes en los últimos años debido a distintos problemas de salud. Siempre que el rey Harald ha estado ausente, han sido su heredero y la reina Sonia quienes han ejercido la regencia. Sin embargo, el pasado abril, después de dos meses de ausencia, el rey, de 87 años, adoptaba la decisión de recuperar su agenda oficial reduciendo de manera permanente el número y alcance de sus actividades. Según recogía el comunicado de la casa real, se mantiene al frente de sus funciones constitucionales, celebra las reuniones y audiencias y atiende las visitas oficiales de mandatarios o reyes al país, tal como ha hecho con los monarcas daneses esta semana. Descartada la abdicación, ya que el rey considera que el reinado es un compromiso para toda la vida, este cambio le ha permitido seguir ostentando la jefatura del Estado a pesar de las dificultades.
Un paso a un lado que ha provocado que todas las miradas se dirijan hacia Haakon y Mette-Marit. «Lo haré lo mejor que pueda. Me tomo esto muy en serio. Quiero manejar bien el papel cuando llegue ese día», decía el príncipe en una entrevista a la agencia de noticias NTB en el verano del 2023 y añadía: «Tampoco debemos ponernos demasiado serios al respecto. Debería ser divertido también. Así que es importante tener esta dualidad». Unas palabras que dejaban claro cuál será su estilo como jefe de Estado cuando llegue el momento y que ya puede ir poniendo en práctica.
Este protagonismo ha hecho también que se valore la situación de la princesa Mette-Marit ya que en el 2018 le fue diagnosticada fibrosis pulmonar crónica. Una dolencia que la obliga a permanecer en reposo durante los episodios de crisis. De hecho, en la segunda mitad del año pasado, la princesa tuvo que retirarse temporalmente debido a su enfermedad con la que, tal como ella ha confesado, «no es fácil vivir». Y es que le afecta en circunstancias comunes, como al hablar en público. «Se trata de las cosas más absurdas. Me da mucha vergüenza cuando respiro mucho, por ejemplo, en el micrófono y demás, y luego me estreso mucho», ha explicado la propia Mette-Marit.
Después de un pasado repleto de escándalos que la puso en la piqueta durante su noviazgo con el príncipe, logró hacerse con el cariño de los súbditos noruegos. Tanto es así que pasó de poner en peligro la continuidad de Haakon como heredero a la corona noruega a convertirse en el miembro más seguido y conocido de la familia real. Ahora, es su salud la que siembra dudas sobre su capacidad para asumir las funciones cuando llegue el momento de la sucesión.