Ester Expósito denuncia su sexualización como actriz: «Lo único que importa es que seas bella»
GENTE
En una entrevista en «Vogue», la intérprete asegura que temió tras su temprano éxito en la serie juvenil «Élite» quedar encasillada. «Me fui a México cuando terminé, era muy importante para mí empezar a abarcar otros géneros», señala en la revista
23 sep 2024 . Actualizado a las 14:30 h.Con familia materna y veranos de ocio en Viveiro, nacida en Madrid y, a sus 24 años, con participaciones en destacadas producciones internacionales, hace ya tiempo que la actriz Ester Expósito ha dejado de ser una promesa para consolidarse en el mundo de la interpretación. Una carrera que empezó con apenas 16 años, realizando cursos y recorriendo pequeñas salas de teatro madrileñas. De aquella época son sus tempranos galardones en 2013 y 2015 a Mejor Actriz en los Premio de Teatro de Madrid. Pero Ester estaba llamada al éxito y pronto daría el salto a la televisión. Las series Vis a vis (Antena 3) y Centro Médico (La1) supusieron sus primeras apariciones esporádicas en la pequeña pantalla. En 2017, Estoy vivo le dio un papel de mayor peso antes del boom que supuso ser meses después una de las protagonistas de Élite, que a través de Netflix la convirtió en una celebridad.
Un éxito, el de ser Carla Rosón, alumna del elitista colegio Las Encinas, que quiere dejar atrás por completo. «Me fui a México cuando terminé. Mudarme supuso escapar de aquí porque todo me recordaba a mi etapa en la serie. Para mí era muy importante empezar a abarcar otros géneros y seguir haciendo cine, una industria que amo y de la que quería formar parte», confiesa en una entrevista en Vogue. Desde aquel hit, Expósito se empeño en filtrar más los proyectos en los que quería participar para que no la asociasen con una colegiala de uniforme en instituto pijo. «He dejado pasar muchos períodos en los que no he hecho nada, estando sola en mi casa con la ansiedad que tengo, esperando a que llegase un proyecto que me apeteciese de verdad. Ha sido un proceso que en ocasiones me ha hecho caer en pozos oscuros de sentirme muy triste y un poco vacía por no estar haciendo algo que me llenase. Soy consciente de que es una suerte y un privilegio, pero resultó complicado», detalla sobre un período al que voluntariamente se ha sometido para encauzar su carrera.
Autoexigencia y ansiedad
La madrileña habla de sí misma en la revista Vogue con gran espíritu crítico y con una elevada exigencia: «Soy muy dura conmigo. Me castigo de una forma un poco tóxica y negativa y eso me ha jugado muy malas pasadas. Ya en el instituto lo pasé muy mal. Me costó mucho encontrarme y sentirme bien conmigo misma: las amistades no ayudaron, me sentía bastante sola y no me motivaba nada». Expósito, que estos días ha presentado en el Festival de San Sebastián El Llanto, en el que junto a las actrices Malena Villa y Mathilde Ollivier lidia con un horror que las acecha, ha engrosado su currículum con el thriller Perdidos en la noche o la cinta de terror Venus, producciones como ella quería, muy distantes del concepto de masas de Élite. Al mismo tiempo que ha conseguido mediante terapia alejar los fantasmas de su estado mental, algo que no solo reconoce sino que recomienda afrontar. «Creo que la ansiedad me ha derivado a un estado de depresión en algunas ocasiones. Pero bueno, cuando me di cuenta de que estaba pasando ese umbral de estar ya cansada de todo, de no tener ganas de hacer casi nada, de sentir mucho cansancio todo el rato y de tener muy poca confianza en mí misma, tomé medidas», analiza sobre este episodio vital.
Sexismo en el cine
Intérprete también en la plataforma Netflix con papeles principales en las películas Cuando los ángeles duermen y Tu hijo o en la serie Alguien tiene que morir, Expósito asegura haber tenido que lidiar no solo con su mente tras convertirse en una celebridad, sino también con la sexualización de su figura. «Hay una misoginia y un sexismo implícito en cómo se mete la gente en nuestra vida y en lo que publicamos que no existe hacia los hombres», detalla en la entrevista a Vogue. Es algo, que en su afán de labrarse un recorrido diferente en la industria del cine, llega a considerar perjudicial: «Te encasillan y te cierran las puertas de cosas que a lo mejor a ti te interesan más que hacer de guapa. A mí me interesa más un tipo de proyectos en los que no importe mi cara y mi aspecto. En ese sentido, me ha cerrado puertas». «Parece que lo único que importa es que seas bella», se ha sincerado finalmente en la publicación de moda la mariñana de adopción.