












La periodista se casó con David Serrato tras tres años de relación. El próximo fin de semana celebran una reboda en Madrid a la que se espera que acudan rostros famosos
25 sep 2024 . Actualizado a las 12:41 h.Irene Villa y David Serrato ya son marido y mujer. Después de tres años de relación, la pareja se daba el sí quiero el pasado sábado 21 de septiembre en una emotiva ceremonia en el Monasterio de Santa María de La Vid, en Burgos, pero no ha sido hasta este miércoles cuando se han podido ver las imágenes del enlace. Aunque la pareja parece haber vendido la exclusiva a la revista ¡Hola!, que recoge todos los detalles de la ceremonia (algunos ya habían trascendido) y un sinfín de fotos de la felicidad de los novios, este miércoles han distribuido parte de ellas.
La boda civil se celebró en el interior del claustro a causa de la lluvia, a la que acudieron alrededor de 135 invitados, y estuvo repleta de momentos especiales, como cuando la novia entró al ritmo de la canción The power of love de Jennifer Rush o los tres hijos de la periodista, Carlos, Gael y Eric leyeron los votos nupciales después de que las alianzas llegasen en un dron, como desvela en exclusiva la revista ¡Hola!.
«¿Quieres casarte con la mejor mamá del mundo?», le preguntó el mediano de los niños a David; mientras un sobrino del novio preguntó a Irene: «¿Quieres casarte con el tío más guay del planeta?». Y, como es de imaginar, ambos respondieron «sí» con una gran sonrisa, arrancando los aplausos de los asistentes.
El secreto mejor guardado de la novia, su vestido. Un diseño de Silvia Fernández con el que estaba sencillamente deslumbrante y con el que, como ha confesado se sintió como una «princesa Disney». La creación en cuestión, el modelo Artemisa de la colección'Musas, un vestido confeccionado en gasa de seda y diseñado con cuerpo drapeado, con cuello halter, la espalda descubierta y falda lápiz rematada con una abertura trasera. Un diseño que también contaba con una capa envolvente de gasa de tres metros de longitud, que aporta fluidez y movimiento al diseño.

Como complementos, derrochando elegancia, Irene lució pendientes de perlas de Majorica y pasadores-joya de Charo López Atelier adornando su media melena. «El vestido era perfecto y me hizo sentir muy yo. Tenía una capa que me hacía sentir como si fuera Frozen. Me quedaba como un guante», reveló la periodista a ¡Hola!.
Tras la ceremonia civil los novios también quisieron realizar el rito del hijo rojo, una ceremonia ancestral de Asia, que une las almas de los novios, ya conectados antes de conocerse.