El capitán del Celta certificó el arrepentimiento de Iago Aspas y Hugo Mallo
20 mar 2013 . Actualizado a las 11:16 h.Tras la tempestad, llega la calma. Al menos eso es lo que ayer se escenificó sobre el césped de A Madroa. Con más de una hora de retraso sobre la hora prevista, los escasos efectivos celestes que participaron en el entrenamiento saltaron al terreno de juego para ejercitarse. Cerraban el grupo un Iago Aspas y un Mario Bermejo que en los últimos días han copado titulares. El primero por su agresión a Marchena, y el segundo por recriminar en voz alta la actuación del de Moaña y Hugo Mallo.
Los dos atacantes se presentaron en el campo juntos y charlando, y así continuaron durante un buen rato. Era la escenificación de la paz interna. Un mensaje de unidad en los momentos más complicados desde el regreso a Primera División. Es cierto que Aspas no se dio por aludido en el discurso de Bermejo tras el derbi, pero las dudas respecto a cómo sentarían al pichichi celeste las palabras de su compañero orbitaban alrededor el vestuario. La contestación del de Moaña fue con hechos. Trotando al lado del atacante cántabro.
Y aunque el Celta quiere cerrar la herida cuanto antes, ayer era Borja Oubiña el que, preguntado al respecto, se pronunciaba sobre lo sucedido en la visita a Riazor. Lo hacía para proclamar la unidad del vestuario y dar la cara por sus compañeros. «Tanto Iago como Hugo son dos muy buenos chicos y son conscientes de todo lo que ha pasado. Están tocados, evidentemente. Y de verdad, no es quedar bien», y añadió que «son dos chavales espectaculares y ellos ya se han manifestado. Han dicho lo que creían y son sinceros». Oubiña reconoció haber sentido cierta decepción con lo vivido en A Coruña, pero matizó que «como estaba cualquier celtista. Él -por Mallo- está decepcionado consigo mismo». Al capitán celeste le duele lo ocurrido, y en especial lo de Hugo. «Sé lo que es estar lesionado y sé que lo está pasando mal, pero es un aprendizaje más».
Oubiña cree que sus dos compañeros han aceptado las críticas de Mario Bermejo con ejemplaridad y sobre todo subraya que «no han buscado excusas a su comportamiento». Han sido humildes, dijo el capitán.
Puesta en común
La de ayer fue la primera sesión de entrenamiento del Celta tras el derbi ante el Deportivo y aunque lo ocurrido con Aspas y Mallo todavía daba coletazos, buena parte de los 70 minutos de charla de Abel Resino y sus jugadores versaron sobre el plano deportivo. Ese en el que la plantilla quiere poner el acento. «Estuvimos intentando solucionar cosas del juego básicamente», expuso Oubiña. Hubo examen de conciencia y puesta en común, aunque lo cierto es que el equipo estaba bajo mínimos.
Los compromisos internacionales de Krohn-Dehli, Demidov, Túñez, Orellana, Augusto, Madinda y Jonny mermarán estos días notablemente la plantilla. Además Álex López continúa ejercitándose por su cuenta, lo mismo que Natxo Insa. Ambos estuvieron sobre el césped, pero no participaron en el trabajo con el grupo.
Roberto Lago y Pranjic tampoco estuvieron presentes, según el Celta, al disponer de permiso por motivos personales.