Natxo Insa marca el tanto de la permanencia un año después de Tarragona
02 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Cuando en el minuto 14 Natxo Insa enchufó al fondo de la portería de Kiko Casilla el gol que mantiene al Celta en Primera División, escribió su nombre en la historia del club. Su disparo llevaba el respaldo de las cerca de 30.000 almas que ocupaban Balaídos, y de los muchos miles que estaban pendientes del televisor. El gol de Insa fue el del trabajo. El del «currante» que se ha ganado un puesto a pulso. Porque Insa no entiende de florituras, solo de tesón, empeño y lucha.
Su entrega en el medio campo, su trabajo a destajo, fue el que le hizo merecedor de un puesto fijo en el once de Abel, y el que al final, le ha convertido en el héroe inesperado del celtismo.
Hace poco más de dos meses, en el partido frente al Barcelona, Insa se convertía en el hombre más feliz de Balaídos al marcar el tanto del empate y subir al casillero celestes uno de esos puntos que a la postre han sido fundamentales. Ayer no fue uno, si no tres, los que añadió a la cuenta celeste. La permanencia en sus botas. Esas que le auparon sobre la valla para encomendarse a la grada viguesa en el minuto 14, cuando todavía no era consciente de que el suyo sería, a la postre, el único tanto del encuentro. «Mi celebración ha sido un poquito de pistolero, pero para mi abuelo. Ha estado un poco pachucho», reconocía tras el encuentro.
Goles de valor
Si todos los goles tienen valor, los dos que Insa ha firmado esta temporada, son impagables. Mucho más todavía cuando se trata de un mediocentro de contención que no acostumbra a ver portería. Eso sí, cuando lo hace, el Celta late. Más de uno recordaba ayer el gol que marcó en Tarragola la temporada pasada en la jornada clave para alcanzar la permanencia. En su momento, Insa acercó al Celta a Primera. Ayer lo mantuvo, y todo, gracias a una fe inamovible. «Cuando íbamos por ahí la gente me decía que estaba muy jodida la cosa, pero luego la gente se lo creía», apuntaba tras el triunfo.
La de ayer fue la noche del celtismo, del Celta y de Natxo Insa, que se reivindicó sobre el césped, y también fuera de él. «Yo he peleado por este club, ojalá el club pelee por mí también. Es su decisión», sentenció el goleador.