La falta de gol, la salida de balón y la adaptación al sistema, tareas para la Liga
12 ago 2013 . Actualizado a las 17:36 h.Cinco semanas después la pretemporada del Celta es historia. El arranque de la era Luis Enrique comenzó cargado de ilusión, pero deja números para la preocupación, pero sobre todo un reguero de dudas. La falta de gol, los problemas para asimilar los sistemas, los roles de cada jugador y la estrategia defensiva. Será la Liga, la partir del lunes 19 la que se encargue de dictar sentencia.
El nuevo técnico del Celta viene apostando desde su llegada por dos esquemas novedosos respecto a los que había empleado el equipo anteriormente: el 4-3-3 y, sobre todo, el 5-3-2, a los que el equipo no parece adaptarse de todo. En la idea de la defensa de cinco, ha contado repetidamente con Toni, reconvertido en el lateral izquierdo y que ha dejado buenas sensaciones, aunque evidenciando apuros en la faceta defensiva. Se intuye también una preferencia por Yoel bajo los palos, pues ha sido titular en los choques de mayor trascendencia, ganando la partida a Sergio.
Mejor adaptación en defensa
Pese a los problemas de adaptación en defensa, el Celta ha encajado únicamente tres goles, los que le supusieron las tres derrotas por la mínima ante Oporto, Sporting y Marítimo. El propio Luis Enrique reconoció tras la derrota en Oporto que le preocupaba más la faceta ofensiva que la defensiva por lo que había visto hasta aquel momento.
Y lo que se había visto tanto hasta entonces como después es un equipo que desaprovecha repetidamente las ocasiones de gol de las que dispone. Al que le falta claramente pegada, un problema que fue una constante en el equipo que la temporada pasada se salvó en la última jornada.
Las complicaciones se multiplican, asimismo, en la salida de balón desde las posiciones de la defensa, donde el equipo se ha mostrado con frecuencia inseguro e impreciso. Luis Enrique no pasó por alto este aspecto y le prestó atención a las transiciones en las sesiones de entrenamiento tras el partido del pasado fin de semana. Le cuesta al Celta iniciar las jugadas desde su campo, algo que ha quedado en evidencia en los partidos disputados hasta la fecha y que le ha costado más de una jugada de peligro.
Denominador común
El Celta ha ofrecido imágenes dispares en sus cinco amistosos, pero en todos ha pesado la falta de gol. Solo ante el Coruxo anotó el Celta en el tiempo reglamentario, desaprovechando otras muchas ocasiones y mostrando una falta de puntería que se ha ido convirtiendo en preocupante con el paso de los partidos. Varias oportunidades estuvieron en las botas de un Krohn-Dehli que, pese a que se mostró cómodo como mediocentro en el trivote -situación nueva para él-, no estuvo afortunado de cara a portería.
El equipo volvió a repetir buena imagen y sensaciones ya contra un rival de mayor entidad como el Oporto, pero esta vez no llegó el gol. David Rodríguez o, de nuevo, Krohn-Delhi desperdiciaron oportunidades claras de evitar una derrota que el equipo no mereció, sobre todo por una segunda parte caracterizada por la intensidad en su juego y en la que se vino arriba por momentos. No fue suficiente.
Frente al Southampton, el Celta se llevó el Memorial Quinocho en un partido más gris y, de nuevo, falto de gol a excepción de la tanda de penaltis, donde los lanzadores celestes hicieron pleno para que el trofeo se quedara en casa. Pese a que le costó más a los de Luis Enrique crear ocasiones, hubo algunas claras como el balón que Krohn-Delhi envió al larguero. El problema, maquillado por la victoria, se repitió.
En línea descendente
Casi como si el equipo fuera en línea descendente, el partido contra el Sporting dejó claro que la falta de gol va más allá de ser una cuestión circunstancial. Sobre todo teniendo en cuenta que le volvió a costar una derrota que se podría haber evitado si alguna de las ocasiones generadas en los primeros minutos se hubiera materializado. No ocurrió y el equipo se fue viniendo abajo al ritmo que el rival crecía y certificaba la victoria.
En el Celta del sábado ante el marítimo hubo dos caras, el antes y el después de recibir el gol en contra. Con más juego y ocasiones en una mitad y mucho menos en la otra, ambas tuvieron el denominador común de que los vigueses no vieron puerta.