Respecto al curso pasado, el once tipo solo cede un jugador criado en A Madroa
11 sep 2013 . Actualizado a las 18:18 h.La marcha de Roberto Lago y Iago Aspas, unida a la llegada de cinco jugadores que se presentaban como titulares, hacían prever al inicio de la pretemporada que, quizá, el papel de los canteranos en el once inicial del Celta no fuera a ser tan relevante como en años anteriores.
Sin embargo, las tres jornadas disputadas hasta el momento y los partidos amistosos de pretemporada dejaron intuir que las cinco llegadas y el afán de seguir creciendo como un club de cantera no eran incompatibles. Esta idea se veía reforzada desde el verano, además, por la contratación de un técnico caracterizado por su valentía a la hora de contar con las categorías inferiores, así como por los constantes anuncios de la directiva acerca de la importancia capital que se concedería a A Madroa.
Un canterano menos en el 11, pero más presencia desde el banquillo es el balance que ofrece la comparación de los jugadores utilizados este año con los que más minutos disputaron el año pasado. Tanto Paco Herrera como Abel Resino recurrieron con frecuencia a seis jugadores de la cantera: Túñez, Lago, Oubiña, Aspas, Álex y Jonny, como sustituto del lesionado Hugo Mallo. Esta temporada, aunque solo Oubiña y Álex partían como posibles titulares, la vacante de Varas abrió el camino a una portería netamente gallega encabezada por Yoel, mientras que la defensa sigue siendo eminentemente criada en A Madroa, ya que Toni cubrió inesperadamente la marcha de Lago, Mallo recuperó su puesto y David Costas no apunta a nada más que seguir cobrando importancia tras quitarle la titularidad a Cabral. Además, Jonny y Levy Madinda figuran con ficha del primer equipo y las apariciones de este último alcanzan casi las que completó el año pasado.
Madurez
En este sentido, se apreció cómo jugadores como Álex o Yoel agradecen la experiencia ganada el año pasado en la categoría y son claros candidatos a recuperar el peso que sustentaron en el ascenso de hace dos años.
Por si esto fuera poco, Luis Enrique ya demostró que no tendrá problemas para seguir usando al Celta B como un recurso habitual en caso de necesitarlo. Con estas convocatorias el Celta no solo culmina un largo proceso de crecimiento llevado a cabo desde el último descenso, sino que incluso se puede considerar que lo empieza. Y es que no hay para los aficionados ningún fichaje tan apasionante como el de un nuevo canterano.