Por tradición la primera jornada en Balaídos ha sido gafe para el Celta en los últimos tiempos, pero los vigueses siempre han sido un conjunto fiable en casa y habituados a sumar su primera victoria a las primeras de cambio. Su tercera comparecencia en campo propio es el tope desde el curso 98/99.
La temporada pasada lo hizo antes del parón de septiembre a costa de Osasuna en su segundo partido en casa. Desde 1998, solo en tres ocasiones tuvo que esperar a la quinta (la que se juega este fin de semana) o más jornada para conseguir su primer éxito como local. En aquel entonces lo hizo en la tercera comparecencia a costa del Athletic de Bilbao, la misma historia se repitió en el año de Champions con el Valladolid como primera víctima. En el 2006 la cosa se dilató hasta la sexta jornada, pero en realidad también era el tercer partido en casa. El Valencia fue el equipo que salió malparado.
Peor precedente reciente
El peor precedente reciente para encontrar un primer triunfo tardío del Celta como local se encuentra en el curso 09/10 en Segunda División, cuando los celestes tuvieron que esperar hasta la undécima jornada (sexto partido en casa) para sumar tres puntos. Fue a costa del Castellón (2-1). Antes se habían llevado el triunfo de Balaídos Numancia y Hércules y habían empatado Levante, Albacete y Rayo Vallecano.
En esta ocasión, en el segundo curso consecutivo en Primera División, los vigueses han cedido sendos empates ante Espanyol y Granada, y ahora necesitan el primer triunfo a costa del rival más difícil en teoría. «Al final todos tenemos ganas de ganar en casa y esperemos tener un buen día», apuntó Jon Aurtenetxe.
La temporada pasada los vigueses sumaron 27 de los 37 puntos que le dieron la permanencia en casa. Un buen rendimiento en Vigo será clave para vivir un año tranquilo.