La lesión de Yoel Rodríguez no es la única que afecta a la portería en el Real Club Celta. Los dos porteros del filial arrastran sendos problemas, y ya tuvieron que ver el último partido de su equipo desde la grada. Rubén Blanco sufrió una rotura de fibras en el encuentro frente al Zamora de hace diez días, y no pudo participar con la selección española sub 19 en un torneo en Hungría.
El mosense, que es el tercer portero del equipo de Primera División, parece sin embargo que sí llegará para el duelo del Levante. Su período estimado de recuperación se cumplirá entre mañana y el viernes, por lo que el club espera que el fin de semana pueda entrenar con normalidad, y entrar en la lista de convocados si se confirma la presumible baja de Yoel.
Los campos de Primera División no son algo ajeno para Rubén Blanco, que la temporada pasada, con tan solo 17 años, tuvo sobre sus hombros la responsabilidad de defender la portería del Celta en dos ocasiones. La lesión de clavícula de Sergio le colocó en el banquillo en las últimas jornadas, y cuando en Valladolid Javi Varas se lesionó, cubrió su baja con una sorprendente tranquilidad. La misma que desplegó frente al Espanyol en la última jornada, y con el Celta jugándose la permanencia. En total, Rubén Blanco ya ha disputado 136 minutos en la máxima categoría, sin encajar un solo gol.
Consecuencias para el filial
Las lesiones de Rubén, titular del Celta B, y de Óscar Santiago, segundo portero del filial, obligaron a David de Dios a recurrir el pasado domingo ante la Cultural Leonesa al portero del equipo juvenil Iván Villar. El próximo domingo el Celta B visita al Racing de Santander, y Villar parece que tendrá que entrar nuevamente en la convocatoria, puesto que lo lógico es que Blanco se quede en Vigo para secundar a Sergio, por lo que la portería del filial deberán disputársela entre Óscar Santiago y el propio Villar. La cadena de porteros se mueve.
El Celta cree que el meta del filial comenzará a entrenar entre mañana y el viernes