El delantero cántabro recibe el alta después de estar seis meses lesionado
12 nov 2013 . Actualizado a las 17:14 h.Mario Bermejo regresa en el momento más crítico. El delantero cántabro recibió el alta en la tarde de ayer después de seis meses parado por mor de una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, lesión que se había producido en mayo pasado ante el Atlético de Madrid. Su alta y su disponibilidad para el partido de Anoeta ante la Real Sociedad surgen en medio de la crisis realizadora del Celta en Balaídos. Su presencia puede alterar el orden en la línea de vanguardia de Luis Enrique.
«No estoy para jugar grandes tiempos, pero eso lo van a dar los entrenamientos, el ir poco a poco jugando partidos, algún amistoso que pueda haber, y la competición», confirmó el futbolista después de verse fuera del parte médico.
Su disponibilidad abre una puerta más a Luis Enrique a la hora de buscar el delantero de referencia en un equipo que ve maquillada su estadística realizadora con los cinco goles de Málaga. Hasta la fecha en el Celta ha jugado más de media punta que de ariete puro, su posición natural durante gran parte de su carrera, pero dadas las circunstancias, todo apunta que será alternativa a Charles. «Toda mi vida he jugado de delantero», recuerda mientras se brinda por enésima vez a reconvertir su posición en aras del equipo.
Mario llega en un momento en donde el ataque vigués está bajo sospecha. Charles comenzó marcando en las tres primeras jornadas, pero desde entonces solo hizo diana en la goleada de La Rosaleda, el mismo escenario en donde vio puerta Nolito. Los dos han jugado 11 de los doce partidos y sin embargo no acaban de afinar su punto de mira.
El tercero en la línea de atacantes es Santi Mina, a quien Luis Enrique está colocando en la banda. Marcó en su estreno en San Mamés, pero ahora parece reñido con una portería a la que antes seducía con facilidad. A punto de cumplir los 18, no parece adecuado que asuma la responsabilidad en una situación tan complicada.
Una de las grandes dudas con la irrupción de Bermejo es saber del papel de David Rodríguez y Orellana. Al segundo le abrieron la puerta de salida, pero ha jugado más que el primero. Los dos están en blanco en cuanto a rendimiento y goles y lo normal es que el cántabro se convierta en el cuarto delantero en una línea que solo aventaja en dos goles su producción con respecto al medio campo. Ocho frente a seis. Con semejante estadística, Bermejo se convierte en un fichaje adelantado. La bala en la recámara.