El Celta afronta su primera final por la permanencia con la exigencia de ganar al fin en casa
30 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.La primera final en el último día de noviembre. Ante un rival directo, con el estigma de ser el único equipo de Primera que todavía no ha ganado en casa, de vivir con la losa a cuestas de que otros conjuntos del furgón de cola ya han pescado en Balaídos y con la urgencia de sacar un partido adelante para no volver a visitar la zona de descenso. Con ese panorama afronta esta tarde el Celta su duelo ante un Almería que ha pasado de desahuciado a enemigo a tener en cuenta en la tarea de la salvación. El fruto de una reacción a tiempo hacia el pragmatismo.
El preámbulo del regreso a Balaídos no ha distado mucho de comparecencias anteriores. En el discurso (todo está bien menos el resultado) y en la hoja de ruta: el Celta conoce el camino y solo le falta plasmarlo en la portería rival. Sin embargo, la idea no ha funcionado en las siete comparecencias anteriores, algo que no había sucedido a lo largo de toda la historia celeste. Por encima, la portería del equipo rival ha ido menguando de tal forma que se ha convertido en un hoyo de golf. Impenetrable para cualquier celeste desde el 31 de agosto.
La situación se ve agravada después del resbalón de Anoeta. No por perder con un rival de Champions como la Real, sino por la forma. Engullendo un 1-3 por errores propios. Unos despistes que emanaron del centro de la zaga, la principal duda en el hermético once de Luis Enrique para esta tarde. La ausencia de Fontás por sanción allana el camino de la continuidad para Cabral y Aurtenetxe, pero nadie puede descartar la idea de Costas o Vila. Después de lo visto en la capital guipuzcoana todo es posible.
La vuelta del capitán
La única novedad en el once que parece asegurada es la presencia de Borja Oubiña, que jugará infiltrado por la fractura de su pie. Su mera presencia en el centro de la medular transmite equilibrio a un conjunto que necesita un punto de veteranía en un partido que marca el arranque de 23 días cruciales para su futuro.
A la hora de atacar, Rafinha se ha ganado la continuidad con su doblete del sábado pasado, el primer paso para que repita toda la vanguardia teniendo en cuenta que Charles y Nolito son dos clásicos de cada jornada.
El partido llega en un momento óptimo para el Almería, que tras un cambio de sistema para jugar con una línea de cinco atrás, ha ganado tres de los cuatro últimos partidos. La única derrota llegó el sábado pasado ante el Real Madrid. Además, han ganado de un modo consecutivo en Valencia y en Pamplona, sus dos anteriores salidas.
No obstante, el conjunto de Francisco -el técnico más joven de la Liga con 35 años- llega con bajas importantes a Vigo. La más significativa, la de Rodri, el máximo goleador con siete dianas, lo que provocará que un excéltico como Óscar Díaz vaya a tener su oportunidad. Tampoco estará el central Pellerano, lo que deja en el aire la continuidad de la línea de tres centrales. Corona, centrocampista, completa la terna de ausencias en los andaluces.
La contienda marcará el futuro en gran medida del Celta. La victoria equivaldría a tranquilidad al menos hasta después de la primera entrega copera, pero cualquier otro resultado colocaría al equipo y a su propio técnico en una situación comprometida. La victoria ante un público tan fiel como necesitado no puede demorarse por más tiempo.