Los vigueses visitan al Rayo en busca de un triunfo que les deje a las puertas de la salvación
05 abr 2014 . Actualizado a las 18:37 h.El Celta afronta su primera final. Lo dicen Luis Enrique y la clasificación. Con 36 puntos en su alforja, asaltar esta noche Vallecas sería dar un salto definitivo hacia la salvación. La visita al grupo de Paco Jémez también tiene un tufillo a revancha. Los madrileños ganaron casi sin despeinarse en Balaídos, neutralizando con su propia medicina el juego del equipo vigués.
La contienda está llena de retos para el colectivo celeste. El principal, distanciarse de un rival directo, pero también igualar la mejor serie de victorias del Celta a domicilio a lo largo de su historia en Primera: siete, cifra alcanzada en los tiempos de glamur (Champions y última Europa League). El tercero, acabar con un feudo maldito, que en la máxima categoría no ve ganar al Celta desde el lejano 1996, hace 18 años.
Para atrapar semejante botín, Luis Enrique dispone de su mejor elenco en modo revancha. Ningún equipo terrenal desnudó como el Rayo a los célticos y los vigueses, con una versión más sólida y afilada, quieren devolver el golpe cuando el rival, envalentonado por la racha de resultados, menos se lo espera.
Cabral y Rafinha se recuperaron a tiempo y los dos apuntan a un once en donde también podría tener sitio Aurtenetxe, un clásico en las formaciones del Celta a domicilio para ocupar la vacante que deja como central Fontás, que de nuevo apunta a pivote defensivo. Su contención y sus centímetros parecen claves en un partido marcado por las dimensiones del campo.
En ataque muchas miradas giran entorno a Bermejo, que ha rendido a gran nivel en las dos últimas comparecencias y que podría encontrar el premio de su primera titularidad, aunque Charles sigue, de entrada, siendo el nueve de referencia del equipo.
En el Rayo la única duda de Paco Jémez es el estado de Zé Castro, que no participó en la última sesión debido a la gripe. Borja López sería su sustituto. Los vallecanos, que han salido del pozo, también tienen marcado en rojo el duelo con los vigueses. Consideran que un triunfo esta noche sería media permanencia.
Por eso ninguno de los dos renunciará a su estilo, a controlar el partido a través del balón y a buscar con insistencia la portería contraria. Quien tenga más acierto en las dos áreas mirará a la salvación a los ojos.