Los vigueses apelan a la profesionalidad y al récord de triunfos a domicilio para visitar a Osasuna
03 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Después de una semana agitada, el Celta vive su primer partido tranquilo de la temporada. Con la permanencia, que puede ser matemática antes de que salte al campo, asegurada, los vigueses buscan alicientes en otros objetivos. El primero, la profesionalidad teniendo en cuenta lo que se juega Osasuna. El segundo, la posibilidad de batir el récord de victorias a domicilio en una Liga en Primera (sería la octava). Y el tercero, buscar la mejor clasificación posible a la conclusión del campeonato. A mejorar nota dentro de lo posible.
Los vigueses tendrán que buscar este puñado de retos con lo puesto, porque la baja de Rafinha Alcántara -que ya se intuía- dejó a Luis Enrique con los 18 justos. El hispanobrasileño jugó los últimos cinco partidos infiltrado y ahora no va a arriesgar al estar (casi) asegurada la permanencia. Sin él, toca una nueva vuelta de tuerca a un once que no descansa. Con Augusto recuperado y entrenando a pleno rendimiento durante la semana, se supone que ocupará su sitio en un trivote en donde pudieran continuar Krohn-Dehli y Madinda. El danés le ha cogido el gusto a la posición de pivote defensivo y el centrocampista gabonés alcanzó su mejor versión ante el Valladolid. La alternativa sería el retorno de Álex López, que volvió a la lista de convocados.
En defensa la baja de Hugo Mallo provoca que el cuarteto defensivo tenga reminiscencia al de la ida, en donde Jonny jugó por primera vez (como titular) en la derecha y Aurtenetxe se encargó del costado izquierdo. Lo normal sería que Cabral y Fontás mantuviesen su sociedad en el centro.
Arriba, con Nolito y Charles marcando en las últimas jornadas y con Fabián Orellana en el papel estelar, el tridente de ataque no ofrece dudas.
Tampoco parece, salvo sorpresas, que sea el día del fondo de armario. Hay jugadores como Sergio que todavía no se han estrenado en Liga, pero hasta en ese aspecto Luis Enrique se ha enganchado al mutismo. Sus palabras solo anuncian un equipo competitivo, que asuma riesgos desde el principio y que vaya a por el partido aunque se juegue menos que un rival que ha marcado en rojo la visita celeste.
El escenario
Lo primero que se encontrará el Celta será el ambiente de las grandes citas. Desde el miércoles no hay entradas en Pamplona. También a un rival que no ha sido del todo fiable esta campaña en su feudo, en donde no gana desde febrero (3-0 al Atlético de Madrid) pero que necesita reaccionar para marcar distancias con respecto a la zona roja. Javi Gracia contará con todo su arsenal después de que los apercibidos tuvieran descanso en el Bernabéu.
La primera clave estará en igualar la intensidad navarra y por ahí no pasa Luis Enrique. Su equipo no se ha saltado ni una sola sesión de vídeo ni el técnico ha levantado la verja de los entrenamientos. La preparación ha sido igual que en cualquier otro partido. Solo falta saber si la falta de exigencia a la hora de disputar los puntos pasa factura. Para bien o para mal.