Fontás, con un esguince, se suma a la lista de damnificados en lo que va de curso
15 oct 2014 . Actualizado a las 10:53 h.Andreu Fontás ha sido el último en sumarse a la lista de tocados que el Celta encadena desde que comenzó a preparar el año. El central sufrió al final del entrenamiento del lunes un esguince en el ligamento lateral externo de su rodilla izquierda, y el departamento médico seguirá de cerca su evolución, aunque se espera que pueda reintegrarse pronto a los entrenamientos con el grupo.
La lesión del central es el último revés físico de un equipo que desde que comenzó la pretemporada se ha tenido que acostumbrar a lidiar con las lesiones, de mayor o menor consideración, sin llegar a tener nunca la enfermería vacía.
Borja Oubiña, con sus problemas de rodilla, lleva desde julio formando parte del parte médico, y Pablo Hernández y Augusto Fernández llegaron a ser habituales. En el caso del capitán, dentro de algunas semanas se espera que pueda comenzar a hacer carrera para probar cómo responde su rodilla. En cuanto al internacional argentino, su presencia en la enfermería ha llegado por capítulos. Augusto, que se incorporó a los entrenamientos a las órdenes de Berizzo más tarde a causa del Mundial, sufrió una rotura fibrilar de grado dos en el amistoso de Argentina frente a Alemania que le obligó a parar durante tres semanas. En el derbi frente al Deportivo reapareció disfrutando de minutos, y ante el Elche vivió su primera titularidad del curso. Sin embargo, antes de la media hora tuvo que pedir el cambio. Una rotura de fibras de grado uno en el gemelo interno de su rodilla derecha frenaba de nuevo su puesta a punto, con el consiguiente disgusto para un jugador habituado a dejarse la piel en cada entrenamiento y en cada partido.
Un buen puñado de semanas en dique seco también han acompañado a Pablo Hernández desde que fichó. Al poco de iniciar la pretemporada se resentía de la rotura de fibras de grado dos en el recto de su pierna izquierda que le había privado del Mundial, y tras estar de baja durante cinco semanas y perderse casi toda la pretemporada, ahora apura el paso para alcanzar el nivel de sus compañeros.
Los tocados
Las lesiones de Oubiña, Hernández y Augusto han sido las más graves con las que ha tenido que lidiar el Celta hasta el momento, pero el cuerpo técnico de Berizzo también se está enfrentando casi todas las semanas a problemas musculares que les obligan a tener entre algodones a algunos de sus futbolistas. Fontás, que ayer no entrenó, ha tomado el testigo de Hugo Mallo, que se reincorporaba al entrenamiento con el grupo tras descansar la semana pasada a causa de una rotura fibrilar. Nolito, uno de los hombres más en forma del equipo, salió desde el banco en el Calderón después de haber trabajado a medio gas durante la semana a causa de una elongación, y Cabral, también ante la Real Sociedad, tuvo que solicitar el cambio por una contractura en el gemelo izquierdo que no pasó a mayores.
Tanto Fabián Orellana como Michael Krohn-Dehli se han perdido entrenamientos por molestias, aunque hasta el momento han podido jugar cada vez que Berizzo les reclamaba. En pretemporada Álex López, Samu Araújo y Jota Peleteiro, ahora en Inglaterra, también tuvieron que pasar por el trance de lesiones menores; reveses con mayor o menor trascendencia por lo que, tras dos meses de competición, ya ha pasado casi media plantilla.