El Celta apela a la intensidad y a la posesión para intentar cortar la racha de un Madrid imparable
06 dic 2014 . Actualizado a las 16:23 h.El Celta se presenta como el último obstáculo para el récord histórico del Real Madrid. La voracidad del conjunto blanco, líder en solitario de la categoría, se refleja en los 17 triunfos consecutivos que acumula en las tres competiciones y que lo sitúan a uno del Barça de Frank Rijkaard (campaña 05/06). Sus números, individuales y colectivos, asustan, pero 73 años después el equipo vigués tiene la posibilidad de repetir la gesta de la temporada 41/42, cuando fue capaz de ganar en los dos grandes santuarios del fútbol español. El problema, uno de ellos, es que desde que ganó en el Camp Nou el primer día de noviembre ha desconectado del triunfo, con un empate y tres derrotas (contando la de Copa del Rey).
Salvo Isco Alarcón -que al final tendrá que cumplir el partido de sanción-, Ancelotti contará con toda su artillería pesada para dar buena cuenta del Celta. Al italiano le preocupa la intensidad que el equipo celeste le mete a los partidos y por ahí, Berizzo quiere jugar sus bazas. Al final el equipo vigués ha recuperado a Orellana y dispondrá de sus mejores galas para visitar el Bernabéu. El chileno superó la prueba del entrenamiento del viernes y jugará infiltrado si está entre los elegidos.
La batalla celeste se situará en el centro del campo. Berizzo sabe que la mejor manera de contener al tridente ofensivo blanco es impidiendo que reciban balones en las mejores condiciones, por eso la intensidad para reducir en lo posible la vía creativa de Kroos, James Rodríguez e Illarramendi, que será la gran novedad en el once, se antoja capital para la suerte del partido. De entrada es toda una incógnita cómo se moverá la sala de máquinas blanca sin Isco ni Modric, los dos jugadores encargados de darle salida de balón.
Precisamente en el centro es donde aparece la principal duda en la formación del Celta. De entrada, la capacidad de trabajo le podría asegurar un sitio en el once a Álex López al lado de un Radoja que ha evolucionado de un modo positivo de su pubalgia y de Krohn-Dehli, pero tampoco puede descartarse la calidad del Tucu Hernández.
Porque los celestes quieren un ejercicio de sacrificio, pero también de riesgo. Se niegan a entregarle la pelota al Real Madrid, pero frente a los blancos cualquier pérdida conduce a un problema mayúsculo en la retaguardia.
Lectura de partido
La solución del enigma está en la lectura del envite. Los vigueses deben saber cuándo el partido necesita pausa y aceleración, un camino que le enseñó el envite del Camp Nou, en donde la valentía y el sacrificio acabaron teniendo premio.
Capítulo aparte lo representa Cristiano Ronaldo, que ha convertido a los celestes en una de sus víctimas preferidas, hasta el punto de haberle marcado nueve goles en las cinco contiendas que ha jugado ante ellos. Además, lleva un año marcando en casa.
Los célticos, que necesitan un éxito que refrende su propuesta tras un pésimo mes en cuanto a resultados, no estarán solos en un feudo inaccesible desde el 2006. Más de medio millar de aficionados intentarán vivir la fiesta del fútbol. Sin más.