El Celta busca otro camino para salir de la crisis

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Sergi Gómez será el sustituto del sancionado Cabral en la nutrida zaga del cuadro vigués.
Sergi Gómez será el sustituto del sancionado Cabral en la nutrida zaga del cuadro vigués. M. MORALEJO< / span>

El Celta cambia a un 5-2-1-2 como sistema táctico para reforzar defensa y ataque ante el Valencia

10 ene 2015 . Actualizado a las 15:55 h.

El Celta explora nuevos caminos en busca de una salida a su galopante crisis de puntos y de goles. Frente al Valencia, Berizzo ha diseñado una nueva hoja de ruta, con un cambio de dibujo, aunque no de idea, que tiene como fin encontrar más senderos hacia la meta de Diego Alves, que al final privará a Yoel de actuar como visitante en el estadio que ha marcado su vida. Los vigueses apostarán por algo parecido a un 1-5-2-1-2, para poblar la defensa ante el temido ataque ché, y para nutrir la vanguardia ante el muro de Nuno, que también juega con cinco atrás.

El cambio, de concretarse, supone la puesta en escena de un añorado plan B después de sumar un punto de los últimos 21 en juego, de acumular 666 minutos sin marcar y de encadenar seis derrotas consecutivas, la segunda peor serie de toda la historia celeste en Primera División. Además, con cinco reveses por la mínima, un indicativo de lo mucho que penaliza cualquier fallo al equipo vigués.

Por eso Berizzo jugará con tres centrales, uno de ellos Radoja. El serbio ya está acostumbrado a incrustarse en el centro de la zaga. La única diferencia es que hoy ya formará de inicio al lado de Sergi, que sustituye al sancionado Cabral, y de Fontás. En las alas, con más vocación ofensiva que nunca, Hugo Mallo y Jonny deben ser más carrileros que laterales. El mismo recorrido que el Valencia propone a sus hombres de banda.

El nuevo escenario táctico presenta sus principales novedades en la creación y en el ataque. No habrá músculo en el doble pivote, también de estreno. Con Krohn-Dehli asumiendo el mando en la organización del juego y el capitán Augusto luciendo galones a su lado, dejando al Tucu Hernández la posición de enganche, esa que tanto ha añorado desde que cruzó el charco. Por primera vez en la Liga española, el nacionalizado chileno podrá jugar en la posición que le encumbró en O?Higgins. Y suya será la responsabilidad de surtir de balones a un Charles -el brasileño había sido el verdugo de los valencianos un año atrás con un doblete en el triunfo vigués- que compartirá punta del ataque con Orellana, con Nolito como alternativa en la recámara. No estará Bongonda, que en un principio iba a entrar en la lista pero dada la premura para recibir el tránsfer se optó por que vea el partido desde la grada y espere unos días para debutar.

La banda zurda ché

Enfrente estará un Valencia de muchos quilates y millones. De la mano de Peter Lim, el magnate de Singapur, el dinero ha vuelto a aparecer. Los ché llegan a Vigo con la banda izquierda tocada, ya que Nuno no puede contar con Gayà, el lateral izquierdo, que debe cumplir ciclo de amonestaciones, ni con el interior Pablo Piatti, a quien en alguna ocasión se había vinculado con el Celta. Con estas dos ausencias las conjeturas apuntan a que el excéltico Rodrigo Machado o Rodrigo de Paul serían las alternativas para ocupar el carril dentro del 5-3-2 que ha implantado el técnico portugués y que tan buen resultado le ha dado al equipo en las últimas fechas con Negredo y Paco Alcácer como temida dupla atacante. Los valencianos recuperan a Diego Alves para la portería.

Más allá del posicionamiento, los dos equipos partirán con mentalidad ofensiva, con ganas de protagonismo con el balón y con la presión por bandera. El Celta por definición y el Valencia por el músculo que atesora en un medio campo nada falto, por otra parte, de calidad. Los ché, además, llegan avisados después de sus licencias pretéritas a domicilio, y envalentonados tras su victoria ante el Real Madrid. Para ellos ganar en Balaídos es una obligación para asentarse en la cuarta plaza. Para el Celta una necesidad, para cortar la racha y la crisis. El cambio de rumbo no puede esperar.