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Vela, un futbolista con pasado celeste atípico

GRADA DE RÍO

Vela, celebrando uno de los cuatro goles que marcó al Celta en noviembre del 2013.
Vela, celebrando uno de los cuatro goles que marcó al Celta en noviembre del 2013. Juan Herrero

El mexicano es baja en la Real para medirse al Celta, con el que no llegó a debutar

04 feb 2015 . Actualizado a las 00:36 h.

«El tiempo dirá si soy capaz de ser una estrella, pero lo voy a intentar». Son palabras de Carlos Vela (Cancún, 1989) a los pocos días de llegar a Vigo, en febrero del 2006. Cedido por el Arsenal -con el que el club vigués tenía entonces un convenio de colaboración- en aquel mercado de invierno, el mexicano nunca llegó a disponer de oportunidades en un Celta al que su actual equipo, la Real Sociedad, se enfrenta este fin de semana (Anoeta, sábado, 22.00 horas).

Pero él, transformado en aquella estrella en la que anhelaba convertirse, no podrá defender en esta ocasión la camiseta txuri urdin. La rotura del menisco interno sufrida en el partido del pasado sábado frente al Real Madrid, que le ha obligado a pasar por quirófano, le convierte en un problema menos para los vigueses. Porque Vela fue el curso pasado la peor pesadilla del cuadro celeste: le endosó cuatro goles en Anoeta que dieron la victoria a los donostiarras en un partido loco (del 1-3 se pasó al 4-3 final).

Pie de foto. Firma

El paso de Vela por el Celta fue atípico. El jugador aterrizaba en Vigo hace justo nueve años avalado, entre otros logros, por la Bota de Oro que acababa de conseguir en el mundial sub-17 de Perú. Se apostó por él como un futbolista con gran proyección y que, a pesar de su juventud (tenía 16 años y se instaló en la ciudad acompañado por su familia), se consideró un fichaje para el primer equipo y, de hecho, jamás pasó por el filial. Pero tampoco debutó con el conjunto que entonces dirigía Fernando Vázquez debido a un handicap que a la larga fue insalvable: el equipo ya tenía sus tres plazas de extranjeros ocupadas con Iriney, Baiano y Roberto Sousa, por lo que no se le podía inscribir.

Vela fichó por el Celta sabiendo que durante aquella primera temporada no podría jugar con el primer equipo, más allá de un puñado de amistosos. Su trabajo iba encaminado a un hipotético segundo curso como celeste que nunca llegó. A principios del verano del 2006, el jugador se mostraba «feliz por hacer por primera vez la pretemporada con un primer equipo» y esperanzado de que hubiera un sitio para él. Sin embargo, poco después se confirmaba su fichaje por el Salamanca, una nueva cesión por parte del Arsenal, que luego le prestó a Osasuna y que lo tuvo en su formación entre 2008 y 2010 para luego cederle al West Bromwich Albion y traspasarlo finalmente a la Real Sociedad. Allí se ha consagrado y allí se vengó de los vigueses el año pasado. Ahora, la Real tendrá que intentar reeditar la victoria de noviembre de 2013 sin él.