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El Celta consume más energía

Lorena García Calvo
LORENA GARCÍA CALVO VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

La mayor exigencia física instaurada por Berizzo se traduce en que los jugadores han incrementado entre un 5 y un 10 % su gasto energético

28 mar 2015 . Actualizado a las 17:43 h.

Tras el parón de esta semana, la Liga afrontará su recta final con el Celta luchando por quedar lo más arriba posible en la tabla clasificatoria. El equipo de Eduardo Berizzo, al igual que el resto de plantillas, se examinará en un final de temporada al que, según el nutricionista del club, Federico Mallo, llega a pleno rendimiento. «Están muy bien, los jugadores van a encarar la recta final con garantías». Durante toda la temporada Mallo ha tenido controlado el apartado nutricional de una plantilla que, respecto al año pasado, ha incrementado su consumo de energía.

El día a día

Más gasto energético. La llegada de Berizzo y su cuerpo técnico ha venido acompañada de una exigencia física diaria mayor que en años anteriores, y eso conlleva que los futbolistas consuman más energía. «El dato estimativo es que esta temporada se ha elevado el gasto de energía entre un 5 y un 10 % por día y jugador. No es que el año pasado hicieran menos ejercicio físico, sino que lo hacían de otra manera. Era un tipo de trabajo físico con balón, mientras este año hay un trabajo muscular intenso, a veces con pesas, con trabajos de autocargas, etc», desgrana Mallo. La media de entre 2.800 y 3.000 kilocalorías que necesitaba cada futbolista céltico la temporada pasada, y que oscila según su complexión y su demarcación, se incrementa ahora entre un 5 y un 10 %.

Los horarios

La energía, por la noche. El Celta ha disputado el 70 % de sus partidos de esta temporada en horarios nocturnos, según los datos que maneja Mallo, y eso incide especialmente a la hora de pautar la alimentación de los futbolistas. «Eso implica adaptar la alimentación de todos los días a obtener la energía por la noche, que no es lo más habitual en el ritmo vital». La cara positiva es que ya tienen asimilados los parámetros y no tienen que cambiar demasiado sus ritmos, más allá de los partidos entre semana. «Llevamos casi toda la temporada jugando de noche y ya se ha convertido en el horario habitual. Un día de partido a las diez hay quien desayuna temprano, suelen tener comida temprano y merienda tres o cuatro horas antes del partido. La comida y la merienda son casi iguales y cada uno, en función de su cultura y ritmo, elige cuál convierte en la comida fuerte; mi recomendación es en la merienda», desgrana el nutricionista del Celta.

La clave

El factor de la hidratación. La correcta hidratación de los futbolistas es una de las principales preocupaciones de Federico Mallo. «Es lo que más afecta al rendimiento deportivo de forma inmediata», de ahí que insista una y otra vez a los jugadores en que deben seguir las pautas adecuadas. «Hicimos un estudio en pretemporada y por término medio cada futbolista debe ingerir 20 mililitros por kilo de peso y hora de entrenamiento. Un jugador de 70 kilos en una hora tendría que beber litro y medio». Aunque los célticos están cada vez más concienciados, la supervisión de los fisioterapeutas y el cuerpo técnico sigue siendo constante en este sentido.

Revisiones

Anemias y hierro. Los servicios médicos del Celta siguen un protocolo por el que cada pocos meses los jugadores se someten a analíticas de control rutinario, y los resultados habituales giran sobre la normalidad, más allá de algunos casos puntuales. «Algún jugador tiene tendencia a la anemia y tenemos dos o tres a los que les cuesta más metabolizar la bilirrubina». Nada preocupante, pero que convierte en fundamental que los futbolistas sigan pautas adecuadas de nutrición.

El origen

Un equipo, tres dietas. La plantilla del Celta es receptiva en cuanto a seguir las pautas de alimentación que diseña Mallo, algo que le satisface, si bien este no olvida que conviven tres dietas en el vestuario, la española, la sudamericana y la del resto de Europa. «El grupo sudamericano, por ejemplo, tiene una alimentación más basada en la proteína animal, aunque los que llevan años aquí pues ya están más adaptados. Los más jóvenes da igual de donde sean, porque van a comer lo mismo aquí que en Bélgica, de donde es Bongonda».