Perfectos finales celestes

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El Celta ha firmado cinco de sus ocho goles de la temporada en los últimos instantes de los partidos

30 sep 2016 . Actualizado a las 13:06 h.

Lo de que los partidos no son como empiezan, sino como acaban, se lo ha tomado a rajatabla el Celta. Tanto, que ante el Panathinaikós se regaló una victoria para la historia cuando ya languidecía el encuentro y después de que los griegos mandasen unos cuantos avisos a la portería de Sergio. Pero ese triunfo in extremis no era algo nuevo. En Liga los célticos han estado «ensayando» esos goles postreros, casi agónicos, con éxito, y ayer exportaron el modelo a la Europa League.

Frente al Sporting de Gijón Aspas dio la victoria a su equipo en el minuto 86, y contra el Espanyol los hombres del Toto Berizzo rizaron el rizo para machacar en el descuento. Ayer cambiaron los protagonistas, pero no la historia. Tras 85 minutos de preliminares, Guidetti se estrenó como goleador al poner la puntilla a una jugada iniciada por Wass, que decidió también que ya era hora de mostrar en Balaídos un dominio en el balón parado con el que ya había brillado en el fútbol de su país.

El idilio del Celta con los finales arrancó ante el Sporting de Gijón. Hugo Mallo había adelantado al equipo a la hora de partido, los de Abelardo empataron en el 79, y cuando ya Balaídos se estremecía por el miedo a un nuevo revés, Aspas ejecutó un penalti que bautizó el casillero de victorias de los vigueses en Liga. Para los hombres de Berizzo, que por tradición estaban más acostumbrados a apretar los dientes en los últimos minutos que a cantar goles, los remates de partido, con los equipos descosidos y espacios por doquier, están siendo una liberación goleadora.

Frente al Espanyol llevaron ese descaro a su máxima expresión cuando ya se barruntaba el empate. Rossi marcó el primer gol céltico en el minuto 90 y Sisto puso la guinda en el 92 en una acción tan de fe como bien ejecutada.

Con los goles frente al Panathinaikós, de las ocho dianas que ha celebrado la tropa de Berizzo en lo que va de campaña, cinco han cuajado más tarde del minuto 84, y todos ellos han estado acompañados de victoria.

Acabar los partidos con toda la artillería sobre el terreno de juego, llegar físicamente bien a los últimos instantes y sobre todo disponer de los espacios que generalmente le niegan los rivales durante el resto del partido son las claves que explican los felices finales del Celta.

Fontás vuelve diez meses después de su lesión

Diez años tardó la Europa League en regresar a Balaídos, y diez meses fue lo que tardó Andreu Fontás en volver a sentirse jugador. El catalán, al igual que Hugo Mallo y Señé, se estrenó en la competición continental en una tarde-noche feliz en Vigo.

Tras el regreso frustrado del catalán en Lieja, el encuentro contra el Panathinaikós suponía el reencuentro de Fontás con la competición oficial y zanjaba la pesadilla de la lesión. El catalán dejaba atrás los meses oscuros de incertidumbre, terapias infructíferas, una visita al quirófano y una larga recuperación, y volvía a reencontrarse en el centro de la defensa con un Gustavo Cabral con el que había compartido horas y horas de fútbol. Apostado en el costado izquierdo, cerca de Jonny, el catalán hizo su parte. No se complicó, se midió con Ibarbo, y aunque durante el partido midió mal en algún balón, cubrió el expediente sin demasiados problemas.

En la segunda mitad la velocidad del jugador del Panathinaikós le puso en algún apuro, pero Fontás aguantó el tipo y disputó los 90 minutos. Hora y media en la que presumió de efectividad en el pase (88%). La lesión ya es cosa del pasado. Andreu está de vuelta.