Aficionados empiezan a ponerse retos que solo llevarían a cabo si el Celta logra el difícil desafío del título
30 ene 2017 . Actualizado a las 10:58 h.El celtismo sigue soñando y, en semifinales por segundo año consecutivo, fantasear con avanzar un peldaño más para luego hacer historia es inevitable. Llega entonces el momento de las promesas, de esas que se hacen supeditadas a que ocurra algo muy difícil, a veces incluso pensando que no se va a dar. Es el caso de que el Celta se proclame campeón de Copa. Por eso, como ocurrió con la poco probable -pero luego real- permanencia del 4 %, algunos celtistas se han lanzado a la piscina. Si sucede, el sacrificio merecerá la pena; si no, les quedará el pequeño consuelo de no tener que cumplir.
Algunos, como el presidente de la peña compostelana Merlegos Celestes, Miguel Barja, son reincidentes. Él prometió y cumplió cerveza gratis en su bar y sede de la agrupación, el Merlego, primero por la permanencia y luego por la clasificación europea. Ahora no podía ser menos. «A idea xurdiu polas ansias de ascender no 2008 -no se logró hasta cuatro años más tarde-. Xa estamos afeitos a este tipo de promesas e é un clásico», comenta. Después de dos convites, han querido dar un paso más para que «tivese máis morbo»: «Barra libre para o triplete, pero vai ser complicado», admite entre risas.
Otro clásico en estos casos es tatuarse, como está convencido de hacer Miguel Garza, de 18 años, dispuesto a grabarse en la piel el escudo del Celta. «Tenía en mente hacérmelo, pero sin fecha, así que si ganamos lo haría unos días después», asegura. Y aunque sería su primer tatuaje, asegura que no le da miedo y que la misma apuesta que ha hecho con amigos serviría para la Europa League. «Nos queda mucho que sufrir, pero hay que confiar», dice. Reconoce que la que confía en todo lo contario es su madre: «Está totalmente en contra de que me tatúe», recalca.
José Debón es otro de los que tienen experiencia en prometer y en cumplir. Por la salvación del 2013 estuvo un año sin beber cerveza y el año pasado estaba dispuesto a prescindir de ella hasta el siguiente año bisiesto. Ya se ha puesto a sí mismo un nuevo desafío: «Si ganamos un título, en el plazo de doce meses corro dos maratones», se compromete. Es habitual en este tipo de pruebas, pero nunca tantas en tan corto período de tiempo.
La peña Centolos también es un clásico. Su presidente, Javi Vaz, tiene entre manos una individual y una colectiva. «Surgió medio en serio medio en broma, pero si ganamos la cuota de alta y de renovación de la peña será gratis», anuncia. La suya personal aún la tiene que «madurar mucho», confiesa, pero se plantea «correr la Vig-Bay 2018».
Oliver Martínez, celtista de Carnota, ha apostado con unos amigos deportivistas que se rapará la cabeza si se da el caso. «Se les veía con miedo a que eliminásemos al Madrid. No suelo hacer este tipo de apuestas, pero me vine arriba y ahí quedó. Ahora empieza a ser una posibilidad bastante real». También Daniel Pretel se rapará, mientras que José Alonso, de Irmandiños, apuesta por pasar un año sin cerveza.