El plan B bien vale tres puntos

GRADA DE RÍO

BENITO ORDÓÑEZ

Pione Sisto fue de nuevo el mejor parado en otra noche para reinvindicarse

29 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Con semejante tráfico de partidos en la agenda, a Eduardo Berizzo no le queda más remedio que administrar minutos y repartir oportunidades. Como sucedió en Anoeta, le tocó tirar del carro al plan B, pero al contrario que frente a la Real Sociedad, esta vez la jugada salió bien en el marcador. Puede que el Celta no exhibiese el fútbol de brillo y galones de otras ocasiones, pero la segunda unidad demostró que su rendimiento también puede estar a la altura.

Sergi Gómez, Fontás, Señé, Pione Sisto, Planas, Rossi y sobre todo Álvaro Lemos no son hoy por hoy la primera opción para el once celeste aunque la mitad de ellos lleven a cuestas un buen puñado de batallas y hayan demostrado su valía reiteradamente. Por eso necesitaban demostrarle al Toto que puede confiar en ellos, y aunque a priori Butarque puede no ser la mejor plaza para reivindicarse, sí sirvió para demostrar compromiso y solvencia.

Como en Anoeta, Pione fue el mejor parado de la batalla. Por si quedaba alguna duda sobre si su partidazo contra la Real Sociedad era flor de un día, ayer volvió a jugar con la misma determinación, al mismo ritmo y con idéntica soltura. El crecimiento del danés por la banda izquierda está siendo brutal a pesar de que no ha tenido la continuidad esperada. Sus regates, sus medias vueltas y sus cambios de ritmo le definen como un futbolista con un futuro prometedor.

Señé, que sigue coleccionando partidos en la élite, no tiene la técnica de Pione, pero constató un espíritu de entrega al más alto nivel. El catalán es un obrero del fútbol. Un trabajador infatigable que no pierde la cara al partido, y eso está haciéndole merecedor de recompensas desde el banquillo.

La defensa celeste fue la línea en la que más rotaciones introdujo el Toto. Tan solo Hugo Mallo tuvo continuidad en el once. Sergi Gómez, Fontás y Carles Planas fueron las novedades y cumplieron hasta el punto de que el Celta dejó de nuevo su portería a cero. En el caso de los dos centrales, Sergi dejó claro el curso pasado que su intensidad y concentración cada vez que sale al terreno de juego están fuera de duda, y Fontás, tras un año en dique seco, está recuperando su mejor nivel. El gusto del Toto por los centrales aguerridos como Cabral y Roncaglia hace que hoy por hoy sea difícil apartar a los argentinos del once, pero los dos catalanes están al suficiente nivel para que el equipo no se resienta lo más mínimo.

El caso de Planas es más difuso. El que fuera capitán del Barcelona B pone trabajo y aporta en ataque, pero la solvencia defensiva es menor respecto a sus compañeros. Como muestra, fue su costado por el que más intentó percutir el Leganés durante la contienda.

Y la séptima novedad en el once céltico, como sucediera la semana pasada, llevó el nombre de Giuseppe Rossi, que fue la cruz de la moneda. No pudo terminar la primera parte por una lesión y durante los minutos que estuvo en el terreno de juego su papel fue discreto. Eso sí, incluso en días grises el italiano es capaz de dejar alguna acción de gusto, como cuando se revolvió cerca del área y se perfiló para disparar.

Segundo triunfo a domicilio y cuarto partido sin encajar

Al Celta los partidos a domicilio no se le estaban dando especialmente bien esta temporada. Había empatado ante Osasuna, Las Palmas y Betis, y tan solo en casa del Espanyol había sumado de tres. Al menos, hasta ayer, cuando los goles de Lemos y Guidetti condujeron al triunfo céltico.

Más allá de ser la segunda victoria a domicilio del año, el partido en Butarque sirvió al equipo disfrutar de nuevo de la sensación de hacer los deberes bien en tareas defensivas, ya que no encajó. Como visitante, solo en dos ocasiones habían dejado su portería a ceros, fue en el 0-0 en Pamplona y en el 0-2 en Cornellá.

Pero incluso más allá del factor cancha, lo de resguardar la portería de Sergio y Rubén Blanco le estaba costando al grupo. En casa, tan solo frente al Alavés, el rival de la ansiada semifinal de Copa, el Celta había conservado inmaculado su casillero de goles en contra. Los despistes unas veces, el arriesgar otras, o simplemente verse superado por los rivales, había costado goles al grupo en casi todas las jornadas ligueras.

De la mitad alta de la tabla clasificatoria, los hombres del Toto Berizzo son el equipo que más goles en contra lleva, 33. Posiblemente el peaje a pagar por el fútbol ambicioso, alegre y poco o nada conservador que ha conducido al equipo a estar vivo en todas las competiciones cuando febrero está al caer.