Trossard y Boëtius, los extremos del Genk, son los grandes peligros que acecharán al Celta esta noche
20 abr 2017 . Actualizado a las 18:48 h.Leandro Trossard y Jean-Paul Boëtius son dos chavales de 21 y 23 años con el descaro de quien juega en el patio del colegio pero con el fútbol de quien ha nacido para hacer grandes cosas con la pelota. Los dos, con su velocidad, su desequilibrio y su instinto, son el gran peligro del Celta en el Luminus Arena. El belga y el holandés son los responsables de las hirientes bandas del Genk, dos futbolistas rompedores capaces de abrir grietas profundas en las defensas rivales merced a un fútbol vertiginoso que ha encontrado en el español Pozuelo a su mejor colaborador.
«Para mí, el mejor de ellos es el banda izquierda, me pareció un jugadorazo, desequilibrante, técnicamente muy bueno y con muy buena zurda», afirmaba Andreu Fontás en su última comparecencia refiriéndose al joven Trossard, compañero de Bongonda en la selección y un futbolista al que un buen puñado de clubes, entre ellos el Borussia, siguen de cerca.
Los elogios se agolpan a los pies de Trossard, un chico que debutó en la élite a los 17 años y que tiene a Kevin de Bruyne como referente a seguir. Quizás no es el futbolista del Genk que más remata ni el que más marca, pero es rompedor, juega de memoria con sus compañeros y cada vez que entra hacia el centro genera el caos. Lo sufrió Hugo Mallo el pasado jueves, cuando el joven Leandro se convirtió en el mejor jugador de su equipo estadísticamente presumiendo de una efectividad en el pase del 82 % y de dos disparos que tensionaron la grada de Balaídos.
Los mapas de calor del partido mostraban a un Trossard incisivo y secundado en la banda opuesta por su compañero Boëtius, al que Stuivenberg podría reservar hoy para la segunda parte si finalmente apuesta por el veterano Buffel para el once. «El banda derecha es muy rápido y muy potente», elogiaba Fontás a Jean Paul, aunque el catalán está rendido a la calidad del rival en conjunto del rival de medio campo para arriba. «Pozuelo es un grandísimo jugador y Radoja estuvo marcándolo muy bien pero desequilibra muchísimo, el punta es un futbolista muy dinámico que se desmarca muy bien y cae muy bien a banda. Todos me parecieron jugadores destacables».
De Boëtius el exseleccionador orange Bert van Marswijk llegó a decir que era «el mejor extremo de Holanda», y Van Gaal le citó con la absoluta cuando solo era un crío. Cedido por el Basilea en el Genk, está considerado uno de los grandes talentos del fútbol holandés, pero todavía no ha acabado de explotar. Quizás ser el tercer mejor extremo de la Europa League en la actual campaña le abra definitivamente las puertas a un futbolista que hace gala de una velocidad trepidante, capacidad para desmarcarse, de un buen remate y de calidad para regatear. Cualidades que le definen como un jugador de futuro que esta noche pueden entorpecer al Celta.
Los vigueses ya están alertados de las bondades de las dos bandas del Genk. No habrá sorpresas, y Hugo Mallo y Jonny saben lo que deben hacer para frenarlos. La semifinal está en sus manos.