El Celta es uno de los contados equipos que mantiene su once más habitual de la pasada campaña
29 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El Celta es un equipo hecho. A lo largo de los tres últimos años se ha exhibido como un bloque definido que ha ido agregando piezas para alimentar su crecimiento. Esta temporada, a un mes vista del cierre de mercado, la continuidad del bloque parece su principal aval para presentar la candidatura a Europa. A día de hoy, es uno de los contados equipos de Primera División que mantiene a la totalidad de su once más habitual con respecto a la pasada campaña.
«Cuando hay cambios, no solo del staff técnico sino también de jugadores, no es fácil empezar de cero. A nosotros eso no nos va a pasar porque prácticamente mantenemos el mismo bloque. El ADN será el mismo y eso creo que es muy importante», comentó Sergi Gómez a Efe poniendo el acento en el conocimiento que existe en la plantilla viguesa.
La práctica totalidad de los equipos de la zona media, los rivales directos del Celta, están en proceso de cambio. El Alavés, la revelación del pasado curso, paga el peaje de contar con un equipo lleno de cedidos, y se queda sin medio plantel. Ya no están Theo, Camarasa, Deyverson y compañía. El Málaga es otro de los expoliados, ya que pierde a su columna vertebral: Sandro, Camacho, Fornals, Kameni... Hasta el Eibar dejó escapar puntales importantes como Adrián, Luna o Dos Santos.
Mirando un poco más arriba, a los equipos con pasaporte para esta edición de la Europa League, el Villarreal se quedó sin Mussachio, el Athletic se despidió de Gorka y Elustondo y la Real Sociedad de Yuri y Zaldúa. El Sevilla de Berizzo, pese a la previa de Champions, todavía está a medias.
Frente a esto, el Celta se levanta como ejemplo de estabilidad. En los últimos años ha perdido por el camino piezas como Augusto, Krohn-Dehli, Nolito u Orellana, pero además de mantener a gran parte del bloque ha sabido reinventarse. En esta ocasión Unzué tiene, por el momento, a todo el grueso del plantel que llegó a las semifinales de la Europa League, ya que las bajas (siete contando a los cedidos) son en su totalidad de jugadores secundarios o a préstamo, a excepción de Bongonda, que había perdido casi todo el protagonismo.
Incluso a esa base se le une, ya en propiedad, un jugador conocido como Jozabed. Por el momento solo tienen que pagar el peaje de la adaptación Lobotka y Maxi Gómez. A la espera del fichaje del extremo izquierdo y con la posibilidad de un lateral en el aire.
Este plan de continuidad solo tiene réplica en los equipos grandes. Incluso hay casos como el Real Madrid que se ha quedado de dos recambios de primer orden como Morata y James, mientras que el Barcelona sigue pendiente del futuro de Neymar. En el Atlético Simeone se ha quedado con todos sus pesos pesados.