El Celta recibe al Athletic con el reto de mejorar su rendimiento como local, donde suma cinco puntos
05 nov 2017 . Actualizado a las 15:00 h.Dice Unzué que no hay excusas. El Celta tiene que regalarle una victoria a la afición cuanto antes para sumar de tres, para cortar la racha de dos derrotas consecutivas que arrastra en Liga y para reconciliarse con las buenas sensaciones en vísperas de marchase al enésimo parón de selecciones de la temporada. Ganar esta tarde al Athletic Club es prioritario -el técnico huye de la etiqueta de trascendental- además para que los célticos maquillen su rendimiento como locales, ya que los cinco puntos que han conseguido en Balaídos suponen el cuarto peor inicio en casa desde el cambio de siglo en Primera División. Además, como premio está la clasificación. Los dos contendientes llegan empatados a once puntos y quieren sumar para engancharse a la pelea por Europa, un territorio en el que los vascos están moviéndose y que les puede pasar factura en la competición doméstica.
Las derrotas con la Real Sociedad y el Atlético de Madrid, el triunfo sobre el Alavés y los empates frente a Getafe y Girona han aportado a la cuenta céltica cinco puntos, un botín que el Celta de Luis Enrique empeoraba a estas alturas. Aquel cuerpo técnico del que formaba parte Unzué solo había exprimido a la plantilla tres puntos fruto de un empate con el Espanyol (2-2), un 0-0 ante el Villarreal y un 1-1 con el Granada. Un balance muy rácano que condujo a los célticos a comerse el turrón preocupados. En la temporada 06/07 el Celta de Fernando Vázquez, que acabó yéndose al hoyo, también arrancó con solo tres puntos en casa en cinco contiendas. Se había impuesto al Valencia 3-2 tras caer con el Barcelona, el Osasuna, el Sevilla y el Recreativo. En el curso 03/04, en una temporada con Europa de por medio, el balance inicial en Liga tampoco había pasado de los cuatro puntos.
Pero desde el cambio de siglo el Celta también ha sido capaz de cuajar grandes estrenos ante su afición. Fue precisamente en la primera campaña del nuevo milenio cuando el grupo de Víctor Fernández tocó techo con 13 de 15 puntos posibles. Solo había cedido un empate ante el Alavés tras vencer a la Real Sociedad, al Espanyol, al Valladolid y al Málaga. Doce puntos había cosechado el grupo en el curso 2005/06, y once en la 01/02. En tiempos más recientes destaca el arranque casero del Celta de Paco Herrera, que había hecho diez puntos, los mismos con los que se estrenó la era Berizzo. El argentino, en sus tres temporadas en el banquillo de Balaídos no bajó de los ocho puntos en las primeras cinco jornadas en casa.
Duelo de necesidades
Pero los tiempos han cambiado, y de los inicios arrolladores del Toto se ha pasado a un rendimiento más irregular con Unzué. El cambio de modelo está costando al Celta y el Athletic del Cuco Ziganda, que en Liga no está pasándolo bien, llega a Balaídos reforzado por el calendario europeo. Celestes y leones necesitan la victoria como agua de mayo para ratificarse futbolística y anímicamente, y la contienda se presume dura. Hacer el partido largo, aprovecharse de la factura continental de un Athletic que acostumbra a sacar su mejor versión ante los vigueses con gente como Aduriz o Raúl García, puede ser el camino a seguir. Para contrarrestar el potencial vasco, maniatar sus peligrosas segundas jugadas y frenar sus embestidas los vigueses tendrán que dar un paso adelante defensivo. Corregir su particular agujero negro.
Cabral, que tuvo fiebre y malestar, llegará muy justo para el partido, por lo que Fontás podría ser de la partida, lo mismo que Radoja o Guidetti. El serbio ya se encuentra próximo a su mejor nivel físico y ante el Athletic vendría bien su músculo en el centro del campo. En punta, más pronto que tarde Guidetti está llamado a ser titular, y la contienda de hoy podría ser la que desbanque a Maxi Gómez del once. Aduriz a buen seguro estará en el once vasco, al que Iturraspe pondrá criterio.