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El que fuera directivo el Celta desde el año 2006 alega «una pérdida de confianza en la línea marcada por mi amigo y presidente del club»
03 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Antonio Rosendo Martínez, el primer consejero nombrado por Carlos Mouriño en su llegada al cargo de presidente del Celta en mayo del 2006 presentó su dimisión en la tarde de ayer, doce años después, alegando «una pérdida de confianza en la línea marcada por mi amigo y presidente del club». En la sede de Príncipe, a última hora de la tarde de ayer, no había constancia de que la dimisión fuera presentada, aunque respetaban la decisión de quien a lo largo de más de una década había estado al lado de Mouriño.
«Por la presente notifico, con gran pesar, mi renuncia como miembro de la junta directiva del Celta con efecto inmediato», encabezaba su carta de dimisión Rosendo Martínez, para a continuación explicar el motivo que le llevaba a la dimisión: «Esta renuncia viene motivada por una pérdida de confianza en la línea marcada por mi amigo y presidente del club», finalizando con «agradezco enormemente la oportunidad que se me dio por su parte de colaborar durante más de diez años con este gran proyecto deportivo de este gran club y deseo que continúe su éxito en el futuro».
El Celta confirmó que no tiene constancia de esta dimisión, pero ya anunció que respeta profundamente la decisión del ya exconsejero y al mismo tiempo le agradece «el trabajo y el esfuerzo de todos estos años». Con la salida de Antonio Rosendo el consejo del Celta queda formado únicamente por cinco miembros: Carlos Mouriño como presidente, los vicepresidentes Ricardo Barros y Pedro Posada, y los consejeros Carmen Avendaño y Primitivo Ferro.
Rosendo Fernández, hombre vinculado al deporte a través del motor y amigo personal de Mouriño, entró en contacto con el Celta acompañando al equipo en sus desplazamientos de la mano del propio presidente. El 20 de mayo del 2006 fue nombrado oficialmente consejero y desde entonces permaneció inalterable formando parte del círculo más íntimo y de confianza del máximo accionista. El dimitido era un asiduo en las instalaciones de A Madroa y en los partidos de los equipos de la base celeste acompañando al presidente y también se dejaba ver en los actos de las peñas celtistas.
Rosendo era uno de los supervivientes de aquel consejo pretendía aglutinar a personalidades de los más diversos ámbitos y la mismo tiempo buscaba tener representadas a todas las provincias. Poco a poco aquella idea fue perdiendo unidades por el camino y se fueron Raúl López (hoy presidente del Obradoiro), Julio Silveira, Gabriela Lagos Suárez-Llanos, María Xesús Sixto y Julio César Silveira.
Nada indica que su vacante vaya a ser cubierta de un modo inmediato en el consejo de administración del cuadro celeste. En todo caso en la junta general del próximo otoño.