Celestino se presentaba ante el celtismo tal día como hoy

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Fue en Balaídos el 17 de julio de 1996

17 jul 2019 . Actualizado a las 10:28 h.

17 de julio de 1996, un Celta renovado se presentaba ante su afición y no solo los fichajes eran caras nuevas. Mazinho saltaba al terreno de juego acompañado por un personaje que se convertiría en habitual en Balaídos durante los años siguientes, era Celestino, que en ese momento pasaba a ser la mascota del club.

Mientras se cerraban los fichajes de Revivo y Mostovoi -a ambos se hace referencia como próximos a cerrarse en las páginas de La Voz de ese mismo día- el celtismo aplaudía a Celestino, que hasta ese momento había sido el secreto mejor guardado. Aunque el fallo del concurso para su diseño se había efectuado un mes antes, su apariencia era un misterio hasta aquella tarde en la que incluso dio una vuelta al estadio en un coche antiguo.

Oscar Vázquez

Celestino llegaba con un cometido claro: amenizar los partidos, levantar al público durante los mismos y servir de imagen del club. Pero lo cierto es que aunque sigue siendo muy recordado más de dos decenios después -se le vio como disfraz de Carnaval en Balaídos la pasada temporada y el club suele bromear con que detrás de sus redes sociales está Celestino como community manager- , nunca acabó de empatizar con la afición.

En una encuesta planteada por el mismo Celta en su página web en el año 2002,  un 65,3 % de los aficionados participantes (1.492) expresaron su rechazo a Celestino, por un 27,98 que le dio el visto bueno (639 personas) y los restantes que mostraron su indiferencia. Era criticado por inexpresivo y poco agraciado por los rasgos que se habían elegido para él. «Los niños me tiran de todo», comentó a La Voz en 1998 la persona que se escondía bajo el disfraz.

No disponible

Pese a todo, pasaron más de diez años hasta que, sin previo aviso, desapareció de Balaídos tras el último descenso. Antes, en el 2005, se convirtió en meco de los Carnavales vigueses señalándole como culpable de la pérdida de categoría. A día de hoy una réplica continúa en el museo, convertida en uno de los grandes atractivos para las fotografías de los más pequeños.

Desde entonces, el club no ha vuelto a disponer de mascota. Sí había habido una anterior, Nocho, que tampoco llegó a calar en la hinchada y que además fue menos duradera en el tiempo.

Oscar Vázquez