El Celta tiene un principio de acuerdo con el Nordsjaelland danés para fichar al centrocampista
07 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Mathias Jensen era una vieja aspiración del Celta y todo apunta a que terminará siendo el último fichaje del conjunto vigués para redondear su centro del campo. El fichaje del centrocampista danés del Nordsjaelland nada tiene que ver con el futuro de Lobotka, ya que su perfil se ajusta más a la figura que dejó vacante Daniel Wass con su marcha al Valencia. La operación, por la que existe un principio de acuerdo, ya se da por cerrada en Dinamarca por una cantidad de 50 millones de coronas danesas, unos 6,5 millones de euros según apuntaba el rotativo Ekstrabladet.
Jensen reunía el perfil del típico fichaje de cada verano del Celta desde el primer momento. Joven con proyección, de una liga menor como la danesa, caladero tradicional del cuadro vigués en los últimos años, y que además puede actuar en una demarcación que en Vigo había quedado un tanto huérfana. El centrocampista tiene llegada, golpeo y capacidad de sacar el balón. Las negociaciones entre el Celta y el Nordsjaelland -equipo del que también fue fichado Lobotka- se remontan a antes del verano, pero las posturas estaban bastante distantes. Jensen comenzó la pretemporada y la liga con el cuadro danés, que además está en las previas de la Europa League, y disputó partidos amistosos, perdiéndose alguno incluso por diversas molestias. De hecho está recuperándose de una rotura de fibras.
Pese a este escenario el Celta nunca arrojó la toalla, pero fue cerrando el puzle del centro del campo con el fichaje de Okay Yokuslu y de Beltrán, incluso Boufal puede jugar en una posición más adelantada pero dentro de la misma estructura. Jugadores para competir con Lobotka, Brais y Jozabed, los supervivientes del curso pasado ya que Radoja no cuenta para el Celta con independencia de que se vaya o no. Todo indica que ahora la operación se ha puesto a tiro solo pendiente de flecos. La noticia llegó desde Dinamarca a primera hora de la jornada y horas más tarde el Celta admitía su interés pero sin dar nada por cerrado, algo habitual en el conjunto céltico hasta que está todo firmado.
Con Mathias Jensen serían ahora siete jugadores para el centro del campo del cuadro vigués, tres de ellos pivotes natos y los cuatro restantes más polivalentes, con opciones de caerse a la banda o formar parte de un trivote. Un centro del campo tan poblado puede dar a entender que la idea de los tres centrales con dos carrileros no va a tener excesivo futuro salvo sorpresas. Mathias Jensen fue fichado por el Nordsjaelland en el pasado 2015 para su equipo sub-19 y desde ahí fue subiendo peldaños hasta alcanzar el primer equipo, con el que ha llegado a disputar 60 partidos y marcando 14 goles. Además ha sido titular en todas las categorías de formación de la selección de Dinamarca (le falta la absoluta). El curso pasado fue nombrado Talento del año de la Superliga danesa.
Queda un defensa polivalente
Con el fichaje de Jensen y a expensas de la operación salida, el Celta podría completar la plantilla con un defensa polivalente que pudiera jugar en el centro de la zaga pero también en la banda izquierda, uno de los focos de preocupación en esta pretemporada.
El extremo Juan Hernández se marcha cedido al Cádiz
Solo falta que sea oficial, pero Juan Hernández será jugador del Cádiz en calidad de cedido por el Celta hasta final de temporada. En los últimos días ya se había vinculado al lorquino con la entidad del Ramón de Carranza, el sábado no jugó ni un minuto ante el Fulham y ayer ya no estuvo con los célticos en el entrenamiento de A Madroa. Se desplazó a Cádiz para cerrar todo el papeleo.
Hernández, que subió esta temporada al primer equipo tras dos buenos años en el filial es la primera cesión que concreta el Celta y la undécima salida de la plantilla este verano.
Fontás y el visado
Por otra parte, sigue sin hacerse oficial la salida del central Andreu Fontás, que lo tiene cerrado con el Sporting de Kansas de la MLS pero continúa con el papeleo para obtener el permiso de residencia en Estados Unidos, un asunto que lleva enquistado una semana.