Un duelo que marca tendencia

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El Celta, que presentará cambios en el once, asume la visita del Huesca como un punto de inflexión

01 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Al Celta le aguarda este mediodía una especie de final inesperada. Tanto se ha torcido el inicio de liga que la primera tarea del conjunto vigués es marcar distancias con respecto a la zona roja, por eso la contienda con el Huesca se presenta como reválida y obligado punto de inflexión. Reválida porque ante el colista de la categoría los vigueses deben demostrar que están llamados a una batalla más ambiciosa en la tabla y punto de inflexión, porque cualquier cosa que no sea ganar a la tropa de Francisco haría saltar todas las alarmas. Máxime, cuando el comodín del cambio de entrenador ya ha sido utilizado.

Que Iago Aspas, el líder del vestuario céltico, hable de rival directo y partido trascendente es una muestra inequívoca de lo que está en juego en el partido del horario asiático. Igual que la llamada a la unidad de Miguel Cardoso a pocas horas de su primer envite en Balaídos.

El luso anuncia cambios de cara a la cita ante los oscenses con respecto a su estreno en Anoeta. De entrada recupera a Hugo Mallo, Cabral y Beltrán y todo apunta que al menos dos de ellos serán titulares. El capitán en el lateral derecho y el toledano en la sala de máquinas. Resta la incógnita del argentino, porque el centro de la defensa es la zona más conflictiva y enigmática de este Celta. Araujo, el más aseado ante la Real, debe repetir, pero su pareja de baile es todo un misterio. Júnior Alonso todavía no ha probado en su posición natural y podría ser una alternativa.

Aunque la novedad más grande estará en el ataque si finalmente Maxi Gómez recupera su condición de titular para acompañar a Iago Aspas. Da la impresión de que Cardoso tardó 45 minutos en comprobar en carne propia la necesidad que tiene el Celta de hacer coincidir a sus dos goleadores en el campo, incluso a costa de modificar su dibujo habitual si es necesario para jugar con dos nueves, aunque el esquema en otro asunto por desvelar.

Boufal también es candidato a titular en el costado izquierdo, otro de los puntos negros en este arranque de temporada.

Con estos mimbres el plan de juego no se verá alterado, pero Cardoso envió ayer un mensaje diáfano: prefiere ganar los partidos por 1-0 que acudir al intercambio de goles tradicional en el Celta en los últimos tiempos, algo que desde su prisma se consigue con táctica a nivel colectivo, con buenas decisiones individuales y sobre todo con más agresividad, juntando mucho más las líneas para dificultar las llegadas del rival a los dominios de Sergio Álvarez.

El rival en esta ocasión será un Huesca que ganó su único partido en Primera División a domicilio, en la primera jornada ante el Eibar en Ipurua. Desde entonces un empate en San Mamés (en la segunda) es todo el bagaje conseguido por otro de los equipos que ya gastó la bala del recambio en los banquillos. En este caso Francisco, que en pretemporada se midió al Celta como técnico del Córdoba, es el sustituto de Leo Franco. Los azulgranas tienen la baja de Rubén Semedo para una contienda que para los locales adquiere categoría de clave. Es el momento de que la pizarra de Cardoso comience a dar sus frutos.