El delantero, en la fase final de su recuperación tras 81 días parado, utiliza el parón para una puesta a punto que incluye un partidillo para que llegue en las mejores condiciones a la competición
19 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Iago Aspas se ha convertido en la última esperanza para la salvación del Celta. Los tres meses que el moañés ha estado fuera de los terrenos de juego se han convertido en letales para el equipo. El máximo artillero celeste (mantiene tal condición pese a perderse diez partidos) está casi recuperado y en la jornada de ayer se sometió a una ecografía que debe confirmar que la rotura de fibras en el gemelo está cicatrizada. A partir de aquí el club tiene diseñada una mini pretemporada de dos semanas para que llegue en condiciones físicas al duelo con el Villarreal. Iago no sentirá la presión, y nadie duda de que el cambiará la cara al equipo, el único hándicap es su condición física después de tanto tiempo parado.
Con la liga sin actividad por el parón de selecciones todo el foco del Celta se centra en Iago Aspas y en los pasos que le quedan pendientes para volver. Por el momento, ayer todavía trabajó al margen del grupo, de hecho salió a correr media hora después de que sus compañeros saltaran puntuales al césped de A Madroa y recibieran una breve charla de su entrenador, Fran Escribá.
El delantero estuvo haciendo ejercicios físicos al margen, sin balón, durante media hora y según el parte médico del club continúa realizando entrenamiento individual progresivo y cuando abandonaba las instalaciones de A Madroa el propio jugador respondía a la pregunta de aficionados de cómo se encontraba que estaba bien, pero que se marchaba con prisa -tras atender las peticiones de fotos- porque iba a someterse a una prueba. La resonancia realizada en la tarde de ayer era la encargada de confirmar que la rotura fibrilar habría cicatrizado por completo, aunque el club no dará a conocer los resultados hasta el día de hoy.
Si el dictamen es el esperado el futbolista pasaría a una segunda fase denominada por el jefe de los servicios médicos, Juan José García Cota, como una minipretemporada. El primer paso sería comenzar a trabajar con el resto de sus compañeros, algo que solo hizo de un modo esporádico antes del partido de Getafe en donde jugó media hora durante este largo período de inactividad. El test definitivo sería un partidillo en donde el jugador ya se probaría en una situación más próxima a la realidad.
En función de su evolución, el cuerpo técnico y el médico deben decidir para cuánto tiempo estará disponible Iago Aspas en ese primer partido ante el Villarreal y quizás también para el segundo ante el Huesca, dos auténticas finales. Porque al 10 del Celta en absoluto le pesará la presión, con la que sabe convivir perfectamente, la única duda en qué punto a nivel físico regresa a los terrenos de juego. Hombre respetado por las lesiones, nunca estuvo tanto tiempo parado: 81 días, dividiendo la lesión en dos tramos con la recaída en el medio de ambos: 48 días antes de sus minutos en Getafe y 33 desde que volvió a romperse en el calentamiento con el Levante. Y con una semana de teórica actividad normal de por medio.
En medio queda el tratamiento en Barcelona con factores de crecimiento con glóbulos blancos, una terapia que tenía como objetivo acortar las plazos, algo que a priori no se ha producido, pero seguramente haya tenido su incidencia en la correcta recuperación del futbolista más determinante del Celta.
Opción para el 4-4-2
Con Aspas apto Fran Escribá podrá utilizar el 4-4-2 que tiene por bandera táctica, haciendo coincidir a Maxi Gómez y a Iago Aspas en el ataque ante el Villarreal. El submarino, curiosamente, es uno de los dos equipos de Primera División en la actualidad a quien Iago no le ha marcado (conjuntamente con el Getafe). Si le hizo goles esta temporada a tres equipos que puede tener enfrente en la recta final de Liga: Huesca (2), Atlético (1) y Girona (1). En la temporada pasada, en las diez últimas jornadas marcó seis goles: tres al Sevilla, uno al Barcelona y dos al Levante. Esa cifra ahora es más necesaria que nunca para sacar de la depresión a un equipo que lleva cinco goles a favor en la segunda vuelta.