El técnico del Celta utilizó dos sistemas diferentes en ataque y otros tantos en defensa en sus dos citas y el regreso de Aspas podría facilitar la vía del 4-4-2
22 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Fran Escribá es un entrenador asociado al 4-4-2 casi de un modo ortodoxo, pero en el Celta el técnico valenciano está demostrando flexibilidad táctica y capacidad de adaptación al escenario actual. Sin dos delanteros en el plantel no ha podido apostar por sus sistema predilecto en ataque, pero ha buscado soluciones con un media punta ante el Betis y con un 4-3-3 en el Bernabéu, aunque ninguna de las pócimas dieran resultado. De cara a la final con el Villarreal, y si se confirma la plena disponibilidad de Aspas no puede descartarse que apueste por ese 4-4-2 pendiente pese a la carencia en el plantel del Celta de hombres específicos de banda.
«Hemos jugado ya dos sistemas distintos. El primer día jugamos un 4-4-2 que era casi 4-2-3-1 con el movimiento de Boudebouz y el sábado era un 4-3-3 que era un 4-1-4-1 en repliegue», comentó el entrenador a La Voz sobre su estructura de juego en el Celta y abriendo la puerta a algún movimiento nuevo de cara al futuro inmediato: «Vamos a ver los jugadores que tenemos disponibles porque tenemos a cinco fuera y que vendrán durante la próxima semana y que pueden condicionarnos algún cambio, y luego a nivel de juego si recuperamos a Iago nos podemos plantear algún otro tipo de sistema», pero dejando claro que su intención es no «marear a la gente pero al menos dos o tres sistemas el equipo tiene que saber jugarlos».
Hasta el momento Escribá se ha adaptado al rival y a los mimbres de que disponía. Ante el 3-5-2 del Betis con el campo lleno de centrocampistas, apostó por responderle con un doble pivote, dos teóricos jugadores de banda y un media punta. El problema fueron los espacios a la espalda de los mediocentros y en especial en el flanco derecho cuando entró Tello en los verdiblancos. Ante los de Setién, en el repliegue sí que optó por su 4-4-2 al variar su posición Boudebouz.
En Madrid, ante el 4-2-3-1 de Zidane, apostó por tres centrocampistas para la salida de balón y por cuatro para defender. En esta idea brilló por encima de todo Lobotka, que al fin jugó en su posición de mediocentro defensivo. Su rendimiento por delante de la defensa debe ser tenida en cuenta para el futuro.
«Lobotka en el Bernabéu fue uno de los más destacados y el eje fundamental a la hora de sacar el balón pero estuvimos mal en los últimos 30 metros», dijo el entrenador de su sala de máquinas poniendo el acento en el jugador eslovaco.
De cara al partido con el Villarreal todo estará en función de la evolución de Iago Aspas. Si el moañés está para salir de cara con toda probabilidad el valenciano jugará por primera vez con dos delanteros y con el 4-4-2 como opción más probable en la fase ofensiva. En esta opción y adjudicando el lateral izquierdo a Lucas Olaza -es el sustituto natural del lesionado Juncà- la disyuntiva aparecería para las bandas, especialmente para el carril izquierdo, ya que Brais Méndez se adaptó a partir de la derecha para incorporarse al carril central.
Repitieron nueve
En los dos partidos que ha dirigido Escribá Segura al conjunto vigués ha repetido a nueve jugadores en el once inicial. Además de Rubén en la portería -«que ha hecho buenos partidos»-, repitieron de inicio en el centro de la defensa Araujo y Costas, así como Juncá en el lateral izquierdo, aunque en Madrid se lesionó a los cuatro minutos.
En el centro del campo Lobotka y Okay han sido los elegidos para la sala de máquinas, aunque variando su posicionamiento para cada uno de los partidos. Brais y Boufal también han gozado de su confianza en las teóricas bandas, igual que Maxi en la punta del ataque. Los únicos que cambiaron de un partido a otro fueron Kevin por el sancionado Hugo Mallo y Boudebouz que entregó su lugar a Pione Sisto.
De la plantilla, además de Olaza, Sergio Álvarez y Radoja (que no cuenta por decisión del club), solo quedan por jugar Cabral -que no entró en ninguna de las dos convocatorias-, Jozabed Sánchez, que pasó de ser un insustituible con Cardoso a volver a su etapa inicial con Mohamed, y Emre Mor, que sigue siendo un expedientes equis.
De cara al once con el Villarreal, y al margen de la vuelta de Iago Aspas, no puede descartarse algún movimiento inesperado.