El pequeño salió corriendo desde la grada hacia Iago y el moañés le hizo partícipe de la celebración del equipo
08 may 2019 . Actualizado a las 14:18 h.La celebración conjunta entre jugadores y afición se ha convertido en todo un ritual en los últimos partidos de casa. Con los futbolistas sobre el césped y, en general, la mayoría de los aficionados en la grada. Pero en los vídeos de los festejos del partido de Barcelona llamaba la atención que Aspas estaba acompañado por un niño que no era ninguno de sus hijos, tampoco ningún otro familiar ni hijo de amigos o conocidos del moañés. Daniel Romay Iglesias, de siete años, es un pequeño ajeno a la estrella del Celta, pero al que este hizo completamente feliz el sábado.
«No lo conocemos de nada. Mi hijo y yo somos socios de la grada de animación y el otro día, con la emoción del partido y de la situación actual, saltamos un poquito al campo y él se fue corriendo hacia Iago», relata Agustín, el padre de la criatura. Se muestra completamente agradecido de la actitud que tuvo Iago con el pequeño. «Fue increíble cómo trato a Daniel en todo momento, un máquina», añade.
A Agustín le faltan las palabras para explicar lo que supuso este gesto para su pequeño. «Estuvo flipado, al principio solo se reía y decía que había estado con Aspas en el césped del estadio, no se lo creía. Hay algún vídeo por ahí que se le ve completamente alucinado», cuenta con entusiasmo. De vuelta en el coche, le escuchó llorar y le preguntó si se había hecho daño. «Me dijo que era la emoción, que aún no se lo creía y yo tampoco. Verlo así, con esa emoción, es la primera vez, que lo veo así, y mucho menos llorando», explica. Aunque recuerda que tras el partido contra el Villarreal Daniel ya le había dicho que no le había faltado mucho para que le cayeran las lágrimas.
Dani juega al fútbol sala en el Cíos Vigo y es celtista como su padre. El pequeño se encarga de que padre e hijo no falten a ningún partido. «Alguna vez que a mí no me apetecía mucho ir, me agarró por una oreja y a Balaídos», señala divertido. Así que, «con lluvia o sol», no faltan al municipal vigués. Y eso que Daniel jamás imaginó que en una de esas visitas va a encontrar la recompensa de sentirse como un jugador de la plantilla más y al lado de su ídolo.
Ayer Agustín agradecía a Iago el gesto con este mensaje: