Balaídos registró largas colas y la vía web no estuvo exenta de problemas
15 may 2019 . Actualizado a las 09:12 h.Las taquillas de Balaídos volvieron a ser un hervidero de gente durante la jornada de ayer. Pese a que las invitaciones se podían gestionar a través de la página web del equipo, anteriores experiencias fallidas hicieron que muchos desecharan esa opción y se decantaran por acudir presencialmente y carné en mano al municipal vigués.
Pero allí se encontraron otro tradicional problema. Aunque la hora en que empezaban a despacharse las entradas era las 11.00, los primeros de la fila aseguraban que se habían plantado delante de las ventanillas antes de que dieran las nueve de la mañana. Así, entre lo madrugadores que fueron muchos y el hecho de que inicialmente solo hubiera dos taquillas abiertas, algunos aficionados tuvieron que esperar entre dos y tres horas para tener las entradas en su mano.
Bajo un sol de justicia, en Balaídos había de todo. Desde quienes se resignaban y se lo tomaban con filosofía, hasta presumiendo del himno como melodía en el móvil a modo de entretenimiento, a los más molestos, que en algunos casos optaron por dar media vuelta y, o bien renunciar, o cambiar su primera elección por el recurso online.
Pero la opción de la web, aunque más efectiva que en otras ocasiones para la mayoría de los que lo intentaron, no estuvo exenta de problemas. Hubo aficionados que una vez formalizada en teoría su entrada no llegaron a recibir el correo donde descargarla.
La queja más extendida, sin embargo, vino por parte de los celtistas con abonos de la grada de animación. Los aficionados de esta zona pudieron comprobar que al estar el aforo ocupado, para ellos no había entradas disponibles para su misma grada -en teoría las invitaciones siempre son para la misma zona del campo que el titular del carné que las adquiere-. Y ante esa situación, tampoco se les permitía elegir ubicación para sus invitados en otros espacios de Río o bien en otra grada.
Para estos aficionados, la única opción según denunciaban era ir a Balaídos, donde sí se les facilitaban sin problema las invitaciones.