El vigués se despidió del Valencia mientras Maxi viajaba a Mestalla para firmar
11 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Santi Mina se despidió ayer de los que fueron sus compañeros del Valencia durante cuatro años y esta mañana ya se ha dejado ver en Vigo (concretamente en A Sede), en donde Fran Escribá le espera con los brazos abiertos. «Si al final se confirma es un gran refuerzo para nosotros», comentó el entrenador del Celta. Unas horas después Maxi Gómez llegaba a Montevideo procedente de Paysandú para emprender vuelo a Madrid y estar hoy en Valencia para pasar el reconocimiento médico y estampar su firma como jugador ché para las próximas cinco temporadas.
Mientras tanto no está clara la llegada del central Jorge Sáenz en calidad de cedido a Vigo, ya que el exTenerife parece reticente a la operación, lo que obligaría a los valencianos a pagar una cantidad económico que podría rondar los dos millones de euros. De entrada, mientras el vigués se despedida, él entrenaba a las órdenes de Marcelino.
En el caos de los fichajes, los acontecimientos del miércoles parecían un reloj sincronizado. El primer movimiento fue la despedida de Santi Mina. El vigués ya no se vistió de corto en Paterna sabedor del acuerdo con Maxi Gómez y que su deseo de regresar al Celta estaba a punto de hacerse realidad.
Un poco después, Fran Escribá admitía la proximidad del fichaje y elogiaba la incorporación de Santi Mina al plantel céltico: «A falta de confirmación parece que esá todo bastante claro. Sería una alegría disponer de un jugador como él, que además es querido aquí, es de la casa, quiere venir y si al final se confirma es un gran refuerzo para nosotros».
Escribá ve a Mina como uno de los tres delanteros en el 4-4-2 pero también jugando en banda si se decanta por el 4-3-3. «Si al final se confirma que viene Santi y con la incorporación de Gabriel Fernández... creo que tenemos un equipo que sigue siendo fuerte en ataque y que va a seguir manteniendo la capacidad goleadora que tuvimos». En el saco realizador también mete a Denis, por su calidad en el último pase, y a Brais Méndez, que también ha firmado sus goles.
Mientras esto sucedía Maxi Gómez, acompañado de su familia, cubría el trayecto entre Paysandú y Montevideo (cinco horas en coche), para subirse al primer avión y viajar toda la noche rumbo a Europa para hacer escala en Madrid y enlazar con Valencia en donde a lo largo del día de hoy debe pasar reconocimiento médico y firmar el contrato, lo mismo que le espera en Vigo a Santi Mina. Todo indica que los dos clubes deben hacer oficiales los fichajes en las próximas horas.
Pero a semejante culebrón todavía le queda una arista pendiente. Por la venta de Maxi Gómez el Celta debería percibir 14,5 millones de euros, más Santi Mina y la cesión por dos años del central Jorge Sáenz, pero las noticias que llegan desde Valencia es que el futbolista no tiene claro enrolarse en el Celta, de hecho hizo la doble sesión con los ché en la jornada de ayer.
En caso de que el Valencia no sea capaz de convencerle (se supone que el asunto ya debería estar hablado con anterioridad) el equipo que dirige Mateu Alemany tendrá que pagarle una cantidad compensatoria al Celta, que debería seguir en el mercado buscando un cuarto central dando por consumada la llegada de Aidoo, de quien habló también ayer Fran Escribá.
Pendiente de este fleco parece que la historia llega a su fin con satisfacción para todos. Por el empecinamiento de Maxi.