A la pregunta de si quería seguir en el Celta respondía Pione Sisto en el mes de julio en la concentración de A Toxa que no se planteaba esa cuestión como tal: «Cojo lo que venga como venga. Ahora estoy aquí y solo pienso en trabajar y en disfrutar de la vuelta al equipo tras unas largas vacaciones», decía.
Pero al final, durante este mercado no ha cogido lo que le ha llegado. Porque el danés ha rechazado varias propuestas suculentas, «ofertas millonarias», como él mismo reveló a través de su cuenta de Instagam este verano confesando también que no era la primera vez que decía que no a alguna opción económicamente apetecible.
La realidad a día de hoy es que, cerrado el mercado español, Sisto sigue en Vigo y no parece probable que vaya a salir. Aunque una propuesta de un club mexicano podría incorporarse, el jugador no parece estar por la labor de cambiar de aires. «Estoy feliz como persona y eso es lo más importante independientemente de dónde estés», respondía a La Voz cuando se le preguntaba si se sentía en Vigo. Es la última vez que el danés se ha pronunciado públicamente.
Quien sí habló de él recientemente fue Fran Escribá. Tras darle unos minutos en la primera jornada y no citarle siquiera en las dos posteriores, Escribá argumentó que sus posibilidades de jugar dependerán de su trabajo y que, aunque está completando bien los entrenamientos, comentó, otros están mejor que él. Por eso el reto es recuperar al jugador que maravilló en su primer año en Vigo, pero que se ha diluido con el paso del tiempo.
En los últimos meses, sus ocurrencias alimenticias le han otorgado mucho más protagonismo que lo futbolístico. Su intento de estar 21 días comiendo fruta dio la voz de alarma sobre el momento que estaba atravesando. «Lo hice para sentirme mejor y así ha sido», apuntaba él.
Ayer, a través de las redes sociales, compartía uno de sus enigmáticos mensajes: