El lateral, que ejerció de portero en Ibiza, ya se había puesto bajo palos con el Victoria siendo infantil y sin encajar
24 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Diego Pampín (Oleiros, 2000) se convirtió en el gran protagonista del triunfo del Celta B ante el Peña Deportiva. El lateral ejerció de portero y no encajó, lo que sumado a los goles de Jacobo y Manolito permitió la remontada. Confiesa que no era su primera vez bajo palos.
-¿Había actuado como portero alguna vez antes?
-Da la casualidad de que en infantiles, en el Victoria, me pasó algo parecido. En vez de expulsar al portero, se lesionó cuando también habíamos agotado los cambios y me puse yo unos veinte minutitos como esta vez.
-¿Y encajó en aquella ocasión?
-No. Íbamos ganado y tampoco encajé, así que se puede decir que estoy imbatido (risas).
-¿Cómo se decidió asumiera usted esa responsabilidad?
-Manu Farrando se fue enseguida al banquillo a ofrecerse, pero el cuerpo técnico creyó que teniendo tres centrales y solo yo de lateral, lo mejor era dejar esa línea de tres sin laterales. Sabíamos que ellos tenían una pequeña debilidad, que saltaban a la presión muy adelante y dejaban muchos espacios atrás. La idea era intentar salir en cortito para luego golpear en largo y salir a la espalda. Y funcionó.
-Decía que Farrando se ofreció. ¿Y usted?
-Estaba justo en el otro lado pendiente de si iban a pitar falta, penalti... Escuché mi nombre y dije que perfecto, que no tenía problema. Son circunstancias y no me iba a quedar allí para siempre, así que si era lo mejor para el equipo, sin problema.
-¿No tenía la sensación de que con 3-2 y el portero expulsado el partido estaba perdido?
-Sí, fue un palo enorme y encima después del penalti que pitaron en la primera parte. Fue otro golpe en la cara. Además entre el campo y que hacía mucho calor, se veía complicado. Pero la falta directa nos metió mucho en el partido y luego la galopada de Manu, que define perfecto.
-¿Cómo vivía usted todo eso desde la portería?
-Tenía ganas de coger la pelota e ir yo a rematar casi todo arriba. Creo que en esa galopada de Apeh fue como si corriera con él. Estaba nervioso, sobre todo cuando te pones por delante y solo piensas en que acabe cuanto antes y no tener que intervenir.
-¿Le sorprendió que el Peña Deportiva no tirara más?
-Sí, hasta su entrenador dijo luego que no paraba de gritarles como loco que tiraran. Era lo normal, porque prácticamente no había portero. Pero participé una vez y para coger el balón con las manos. El resto fueron saques de puerta, un par de balones al área y dos córneres. No pasé muchos apuros.
-¿Temía que intentaran batirle por arriba?
-Lo que más. En la última jugada hubo un balón que me pasó por la cabeza y no sabía si salir o no. Menos mal que Farrando y Ros estuvieron increíbles evitando cualquier remate dentro del área y me ayudaron mucho.
-¿Qué consejos recibió antes de ponerse bajo palos?
-Gael (el entrenador de porteros) estaba todo el tiempo colocándome e indicándome... Cualquier detalle me lo comentaban.
-¿Y qué tal le sentaban los guantes?
-Los de Fran me los tendría que poner casi en los pies. Menos mal que estaba Álvaro en el banquillo y los suyos me quedaban perfectos.
«El cuerpo técnico me dio su confianza y más ilusionado no puedo estar»
Pampín confiesa que tras el partido fue objeto de muchas bromas y que ese día quedará como «una anécdota» divertida que difícilmente olvidará. Una experiencia más en la temporada en que se estrena como capitán y asegura sentirse más ilusionado que nunca. Es su tercera campaña en el B y la sexta en el club.
-¿Qué hay de cierto en esos entrenamientos a puerta cerrada con el preparador de porteros de los que hablaba en Twitter (dijo que habían dado fruto)?
-Casi todo es broma, pero no todo. A veces cuando acaba el entrenamiento nos quedamos probando con unos penaltis o unas faltas y siempre hay alguna coña. Te pones en portería y lo típico: «Tírame ahora y a ver qué pasa».
-¿Y qué tal se le daba?
-¡Dejémoslo en que el domingo ganamos y es lo importante!
-Ya le han llamado O Gato de Oleiros, Ter Stegen Pampín... ¿con qué mote se queda?
-Tras la victoria todo fueron abrazos y muchas bromas, todo positivo. La de O Gato me gustó bastante y fue la que más coña hizo en el vestuario, también por Sergio (O Gato de Catoira).
-¿Cómo está viendo al equipo en este inicio de liga?
-Estas dos victorias son un punto de moral grande. Empezamos con dudas porque no estábamos en la dinámica todos. Ahora estamos entrenando juntos y se nota porque lleva unas semanitas coger las sensaciones todos juntos.
-A nivel personal, se estrena como capitán. ¿Le pesa?
-Es una responsabilidad y me estoy adaptando, pero con mucho gusto. Solo había sido capitán en alevines y no es comparable, ahora me veo de capitán de un filial con 19 años. El cuerpo técnico me dio el brazalete y es una muestra de confianza, una manera de decirme que iba a ser importante en el grupo, así que más ilusionado no puedo estar.