Los comuneros, dispuestos a dar la batalla judicial para parar el proyecto del Celta

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

XOÁN CARLOS GIL

La Comunidad de Montes sostiene que la ley les ampara y hace muy complicada la expropiación

25 sep 2019 . Actualizado a las 18:44 h.

La Comunidad de Montes de Tameiga, propietaria de la mayoría de los terrenos que el Celta pretende adquirir para la construcción de su ciudad deportiva y centro comercial, comenzará la batalla judicial tan pronto como el pleno del Concello de Mos apruebe el lunes la Modificación Puntual del PXOM en Mos en donde se apunta al método de la expropiación directa para que el Concello se haga con esos terrenos y los lleve a una licitación pública a que la que tiene que concurrir el Celta.

«Non podemos consentir que isto se leve adiante, imos a ir ata onde sexa, inclusive a Bruxelas», comenta Antonio Cajide, el presidente de la Comunidad de Montes en Man Común de Tameiga y que en los dos últimos años ha sido la cabeza visible de la protesta contra el proyecto. «Ata agoa a batalla estivo a nivel social e seguirá sendo coas distintas visibilidades que lle demos ao problema, pero no momento que asinen o borrador empeza a guerra xudicial que non vai a rematar nin en O Porriño, nin en Pontevedra nin na Xunta, rematará en Bruxelas», comenta mientras aventura también una batalla política (los tres grupos de la oposición de Mos -PSOE, Gañamos y BNG- ya se han manifestado abiertamente en contra del proyecto). Los comuneros puntualizan que todos los servicios políticos consultados le indican que «isto non ten nin pés nin cabeza».

Porque en el texto que será sometido a pleno se indica que la expropiación directa puede afectar tanto a los terrenos de particulares como de la propia Comunidade de Montes de Tameiga, algo que en absoluto comparten esgrimiendo que la ley está de su parte. «Pode que o puidese conseguir a administración contra un particular, pero unha entidade privada contra una comunidade de montes non é tan fácil. A lei de montes é distinta a do solo, ten matices e está da nosa parte. Ten un regulamento distinto, a Lei de Montes en Galicia ten unha ordenación xurídica propia. Coa comunidade de montes teñen moito máis difícil expropiar un comunal para facer un campo de fútbol».

Por otra parte, en las últimas horas se apuntó a la posibilidad de que el Celta intentase una permuta de los terrenos con los comuneros, que en primera instancia habían pedido diez metros por cada uno que cedieran, algo que fue descartado por la entidad, pero la comunidad de montes no tiene noticias al respecto. «O Celta intentará negociar cos particulares e poñer un prezo de expropiación, con nós non falou», asegura Cajide, que recuerda que en el expediente «dise que a adquisición dos terreos é por expropiación, que os veciños non se crean que o Celta lles vai a comprar os terreos». Los sondeos realizados con notarías y entidades de compra venta indican que el precio que se está pagando en esa zona ronda (de media) 3,5 euros el metro cuadrado, aunque dependiendo de la ubicación del polígono afectado.

La movilización contra el proyecto obliga a suspender el acto de la alcaldesa

La reunión que iba a mantener la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, con los vecinos del municipio a propósito del proyecto de la ciudad deportiva del Celta acabó por ser suspendido. La cancelación del acto llegó después de que se vivieran momentos de tensión entre la policía y manifestantes que se oponen al proyecto.

La movilización de los vecinos que rechazan la ciudad deportiva comenzó minutos antes de la hora fijada para el encuentro con Arévalo. Varias decenas de personas, muchas ataviadas con camisetas verdes que les identifican como miembros de las plataformas en defensa del monte, mostraban con gritos y pancartas su postura.

Las fuerzas de seguridad impidieron la entrada a las personas que portaban esas camisetas, lo que dio lugar a empujones y momentos de nerviosismo que desembocaron en que nadie entrara finalmente al Multiusos das Pozas donde se había convocado la cita.

Ante este escenario se tomó la determinación de cerrar el pabellón y suspender el acto. Tras esto, los manifestantes continuaron mostrando su malestar con consignas como «Nidia, escoita, Tameiga está en loita» o «o monte non se vende», entre otras.