La reacción no entiende de dificultades

x. r. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M.Moralejo

Un mes y medio después de sumar su única victoria, el Celta, con déficit de goles y de juego, necesita un cambio de rumbo ante un Athletic que ha hecho de Balaídos su jardín particular

06 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta ganó su único partido en esta liga el pasado 24 de agosto. Desde entonces sumó tres empates más, pero al margen de los números, su actuación en el segundo tiempo ante el Espanyol y la contienda de Eibar han cambiado por completo el escenario. De la ilusión se ha pasado a la preocupación, con lo acontecido en la temporada pasada en el retrovisor. Eso sí, nada indica que la continuidad del entrenador esté en peligro por el momento.

Las malas noticias se han agolpado en la mesa de Escribá en las dos últimas semanas. El Celta es el equipo que menos remata a la portería rival de las cinco grandes ligas europeas, solo lleva cuatro goles a favor, su goleador todavía no se ha estrenado y por encima llega a Vigo un Athletic que se ha convertido en un rival imposible para los celestes. De hecho Balaídos es el campo en donde más han puntuado los vizcaínos en el siglo XXI.

A los números hay que sumarles un problema de generación de fútbol. El Celta mejora sus prestaciones defensivas en este inicio de curso pero está a años luz de su poderío atacante habitual. Los vigueses tienen el balón y por costumbre la posesión, pero sin profundidad ni verticalidad. Escribá reconoció ayer en una comparecencia en la que hizo gala de su habitual tranquilidad que ese es un aspecto a mejorar y que a veces sobra un pase y falta un tiro. También que le deben dar más amplitud al campo.

Este ajuste puede que no afecte al dibujo del 4-4-2, pero podría acarrear algún retoque en la formación inicial en un Celta que está al completo. Rafinha y Beltrán pueden ser los elegidos con respecto al domingo pasado. El hispanobrasileño para organizar el juego y el toledano para darle recorrido a una sala de máquinas que está bajo sospecha. La entrada de los dos no tiene por que significar la salida de Okay teniendo en cuenta la intensidad, el músculo y el juego aéreo que forman parte de la hoja de ruta de un Athletic que de la mano de Gaizka Garitano ha recuperado su esencia tradicional.

Los bilbaínos llegan a Vigo después de perder su etiqueta de invictos la pasada jornada ante el Valencia, pero luciendo 12 puntos y apuntando a la lucha por Europa de nuevo. Fuera de casa suman sus tres salidas por otros tantos empates (Leganés, Mallorca y Getafe), dejando siempre el sello de equipo incómodo y casi impenetrable, lo que a priori no parece la mejor noticia para el Celta, que en casa ya cedió dos derrotas y un empate.

Yuri Berchiche es la única baja en el cuadro rojiblanco por una luxación de hombro padecida ante el Valencia. Su baja en el lateral izquierdo será cubierta con toda probabilidad por Balenziaga. No se descarta algún movimiento a mayores en el centro del campo en función de la ubicación de Iker Muniain.