El céltico habla de su regreso al club y de lo que significa la entidad para él
14 oct 2019 . Actualizado a las 14:14 h.El céltico Rafinha ha concedido una entrevista al club en la que comenta que cada vez se tiene mejor, «con más ritmo de partidos» y adaptándose a los compañeros y a la nueva formación del equipo. «Poco a poco me voy sintiendo con confianza», afirma.
Rafinha recuerda que en su primera experiencia en el Celta era «un niño» y que siente que ha crecido mucho desde entonces. «Esta vez vengo con la misma ilusión que hace cinco o seis años, pero maduré mucho, sobre todo por las lesiones y también por lo conseguido a nivel de jugar en un club tan grande como el Barcelona y los títulos que he ganado», analiza. Pero se fija en los problemas físicos que ha tenido: «No me han hecho ser otra persona, pero sí madurar más rápido», señala.
Los días previos a su llegada al Celta este verano no fueron fáciles, admite. «Siempre es complicado no saber qué va a pasar. En horas estás a la expectativa de lo que va a suceder», cuenta. Lo vivió con ilusión por venir y nervios esperando a que pasara. «Gracias a Dios, en el último momento se pudo realizar y agradezco a los dos clubes poder estar aquí».
Recuerda Rafinha que creció yendo a Balaídos. «Primero viendo a mi padre, y luego como aficionados acompañados por él», indica en referencia a Mazinho. Por eso tanto como para él como para su familia, destaca, fue «una felicidad poder estar de nuevo en casa».
El hispanobrasileño comparte por completo el lema Isto vai de corazón de la campaña de abonados. «Resume de verdad lo que los jugadores que han venido sentimos por este club. Si no fuera el Celta no habría venido, seguiría en el Barcelona», confiesa. «Es algo que mamas desde pequeño, que sientes, no se puede explicar. Defender un escudo que has disfrutado desde pequeño es algo grande».
Se refiere también a cómo vivió él en la distancia la compleja temporada pasada. «Mal, nervioso, como todos los aficionados. A mitad de temporada se veía muy negro, las cosas estaban muy mal», rememora. Pero comenta que en las últimas jornadas aumentó la confianza de que el equipo se iba a salvar. «Se pasa mal como aficionado y para nosotros no es solo fútbol, no venimos aquí y nos vamos a casa, es todo, nuestra vida. En el caso de Iago, por ejemplo, es casi imposible separar el sentimiento de aficionado y espectador. Al juntarlo todo es mucha emoción pera controlarlo».
Volver a jugar en Balaídos también fue para Rafinha «una emoción grande». «Volver a sentirme al 100 % con la celeste fue especial. Para cualquier jugador lo es, pero siento ese carió especial y esas ganas que tiene la afición de que pueda enseñar mi máximo nivel». Partiendo de la base de que tiene cosas que mejorar, dice, no tiene dudas de que lo conseguirá. «Con este equipo y las ganas que tengo de aprender y ser mejor jugador, seguro que va a ocurrir».